De tapete a mantita.

Por Unas Gotas De Rocío
Aunque sin mucho detalle os he dado en los últimos meses pinceladas de algunos cambios en mi vida y mi casa. Mi padre se vino a vivir con nosotros en agosto y le cedí mi cuarto de costura, es así que mis cosas las instalé en una habitación diferente de la planta de arriba y que cuando termine de preparar os enseñaré. En este tiempo ha sido prioritario acomodar a mi padre. Trasladar muebles, comprar otros, enmarcar cuadros, pintar paredes o hacer cambalaches varios no es nada interesante para contar ni tiene nada que ver con la costura, pero lo último que he preparado si tiene relación con este blog y es lo que me dispongo a contaros. 
Se me ocurrió adaptar un tapete que les hice a mis padres hará dos o tres años con precortados en azules y rojos para la mesa de camilla. En nuestra nueva situación, pensé que una buena idea sería convertirlo en una mantita para ponerla a los pies de la cama de mi padre en su estrenada habitación. 
Recordé que aún me quedaban algunos retales de la colección y el viernes pasado le hice un cojín a juego. 

Ha quedado muy alegre y acogedor, coordinado pero sin exceso, que a mí eso me echa para atrás. 

Como veis, o si no se ve bien yo os lo explico, la trasera de lo que era un tapete ahora es una mantita de color gris que cumple perfectamente su cometido. 
Y si tenéis curiosidad de saber cómo era el tapete original, aquí os dejo un par de fotos. 


Y sigo adaptando telas, acomodando pensamientos, dándole nueva vida a lo que parece ya no sirve, pues todo sirve, sólo hay que adaptarse a las nuevas situaciones que cada día nos tiene reservadas. 
Os deseo una magnífica semana.