En definitiva, un par de días de aprendizaje de la vida rural que no dudaremos en repetir. Tuvimos que irnos el domingo por la mañana, porque en la hacienda se celebraba una Primera Comunión... En las preciosas mesas vestidas que decoraban el patio porticado, unas tejas servían de centro. En ellas, unas primaverales buganvillas daban color y luz al, ya de por sí, hermoso lugar.
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Y entre tejas y tejones os dejamos disfrutar de estas decorativas imágenes. ¿Cómo lo veis?