Capítulo XXVII
Estábamos próximos a cumplir la treintena, pero como si todavía tuviésemos doce años, nos pusimos a hablar sobre Pokémon en mitad de la Alameda de Hércules. Fascinados por la magia de este juego, los tres habíamos sido entrenadores en nuestro tiempo y nos habíamos enfrentado entre nosotros en más de una ocasión.
-¿Has empezado ya a jugar al remake de la segunda generación? -me preguntó Vientoblanco.
-No. No sabía que hubieran sacado un remake.
-Ya hace tiempo -siguió Giz. Yo he elegido como primer Pokémon al de tipo planta y Vientoblanco al de tipo fuego. Tienes que empezar a jugar ya; compra el juego este lunes y elige a un Pokémon de agua. Así conseguiremos entre los tres tener un equipo fuerte.
-Que va... me gustaría, pero es que no tengo tiempo.
-¿Cómo que no tienes tiempo?
-En serio, no puedo. Tengo muchas cosas que hacer, no puedo permitirme gastar una hora diaria en atrapar bichos que no existen. Ya estoy muy mayor para eso.
-No, lo que pasa es que desde hace un tiempo te crees que haces cosas más importantes. Fíjate en tu blog. Antes te dedicabas a contar tus aventuras en el mundo Pokémon. De acuerdo, esas aventuras no ocurrieron nunca, pero en cierto modo hacían que tu imaginación siguiera viva. Y ahora... ahora sólo hablas de enfermos; o peor aún, de gestión de enfermos. Tu blog está siempre hablando de enfermedad: es enfermizo.
Pero yo sabía que aquello no era exactamente así, que la verdad era que ahora llevaba muchas cosas adelante: la tesis, las comunicaciones a congresos, mi proyecto de eHealth, mi casa, la compra, la limpieza, la comida, las relaciones por Twitter, los pacientes, el estudio de la especialidad y mucho más. No me quedaba tiempo y, al fin y al cabo, Pokémon no era algo tan importante como lo demás.
-Emilienko.
-Dime.
-Tus nuevos planteamientos; me recuerdan a la historia de Momo y de los hombres grises.
Foto: La Alameda de Hércules, ayer por la tarde. En la foto, de izquierda a derecha, nuestros Pokémon distintivos: el Staryu de Vientoblanco, mi Gloom y el Clefairy de Giz.