Cada año con la llegada del verano, los cirujanos vasculares ven incrementado el número de pacientes que acuden con intensificación de los síntomas de la insuficiencia venosa, principalmente, varices. Es inevitable que con las altas temperaturas las venas se dilaten y los síntomas se acentúen. También se produce una tendencia a acumular líquidos en las piernas (edema). Así pues, en verano muchas veces se observan más las varices, esta dilatación puede desaparecer con el final del verano, pero otras veces es permanente.
Prevenir que aparezcan las varices, no es siempre posible. Esto se debe a que incluso controlando los factores de riesgo, la genética influye determinantemente. No obstante, existen unas medidas que se pueden aplicar de forma sencilla y que contribuyen a disminuir las molestias y retrasar la aparición de nuevas varices. Ante la gran cantidad de consejos con escaso rigor científico que aparecen en esta época del año, el Capítulo Español de Flebología (CEF) de la SEACV (Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular) cree que unas recomendaciones basadas en la evidencia científica pueden ayudar a la población afectada a adoptar las medidas más eficaces en cada caso. Por ello, presenta el siguiente decálogo.
1. Active sus piernas
Permanecer mucho tiempo de pie o sentado (en particular con las piernas cruzadas) debe evitarse, puesto que predispone a la insuficiencia venosa. Debido a la gravedad, estas situaciones favorecen el estancamiento de la sangre en las venas. Es conveniente moverse y dar pequeños paseos a lo largo del día o efectuar movimientos circulares con los pies. En caso de viajes largos en coche, tren o avión (síndrome de la clase turista), levántese de vez en cuando y camine unos minutos para favorecer el retorno venoso. En caso de viajes en coche, efectúe paradas cada dos horas y dé paseos por las áreas de descanso (al menos durante 5 minutos). Es también aconsejable emplear medias de compresión elástica, darse masajes ascendentes en las pantorrillas, hacer ejercicios circulares en los tobillos (evitando que los muslos reposen sobre el asiento) y hacer ejercicios levantando de forma alterna las puntas y, luego, los talones de los dos pies.
2. Practique un deporte adecuado
Caminar es el ejercicio más beneficioso para la circulación venosa, siempre que se practique regularmente y con un calzado apropiado. La planta de los pies, irrigada por numerosas venitas, actúa como una bomba y, a cada paso, su aplastamiento impulsa la sangre hacia arriba, desde los tobillos a las pantorrillas. Después, las contracciones de los músculos de las piernas favorecen la progresión de la sangre hacia el corazón. Por estas razones, la práctica de gimnasia, bicicleta, golf, danza o natación favorece el retorno venoso. Es especialmente saludable andar descalzo a la orilla del mar, ya que el frescor del mar ejerce una acción vasoconstrictora que aumenta el tono venoso.
3. Evite las fuentes de calor
El calor favorece la dilatación venosa y, por tanto, debe evitarse toda fuente de calor: tomar el sol en las piernas, depilación con cera caliente, caminar por suelos calientes, baños calientes, sauna, etc.
4. Refresque sus piernas
El frío provoca la contracción venosa. Las duchas de agua fresca en las piernas activan la función venosa y alivian la sensación de pesadez y de dolor. Caminar por la orilla del mar asocia la actividad física y la acción vasoconstrictora.
5. Evite el estreñimiento y el sobrepeso
Una dieta rica en fibras, una buena hidratación (beber un litro y medio o dos de agua al día), un consumo limitado de grasas saturadas (mantequilla, carnes rojas) y un consumo adecuado de frutas y verduras en una dieta rica y variada permiten combatir al mismo tiempo el estreñimiento y el sobrepeso, que tienen una influencia negativa en las varices.
6. Utilice ropa cómoda
La ropa demasiado ceñida comprime las venas y bloquea la circulación venosa de retorno al corazón. Es aconsejable evitar los pantalones demasiados ceñidos, las fajas, los cinturones y los calcetines con elásticos fuertes. No así con las medias terapéuticas de compresión elástica, que se utilizan para prevenir y paliar la aparición de varices.
7. Lleve un tacón adecuado
Los zapatos de tacón alto reducen la superficie de apoyo del pie y los zapatos planos la aumentan demasiado. Un tacón de 2-3 cm es el más aconsejable para asegurar un buen retorno venoso. Caminar descalzo en la playa activa de forma completa la ‘bomba plantar’ favoreciendo de este modo el retorno venoso desde los pies.
8. Favorezca su retorno venoso en la cama
Es saludable, para las varices, realizar, tumbado boca arriba, movimientos de pedaleo al acostarse. La elevación de las patas de la cama de 10 a 12 cm permite reducir el estancamiento de la sangre venosa mientras se duerme.
9. Masajee sus piernas
Los masajes de las piernas, desde el pie hacia el muslo, siguiendo el sentido de la circulación venosa, aumentan la velocidad de retorno venoso.
10. Medicaciones y embarazo
Se debe tomar la medicación flebotónica, si se tiene prescrita, y no se debe abandonar hasta que pase el calor. Asimismo, ciertas circunstancias como el embarazo o la toma de anticonceptivos orales pueden agravar los problemas venosos.
Un resumen de estas recomendaciones se puede encontrar en la página web del Capítulo Español de Flebología (www.capitulodeflebologia.org). Asimismo, el CEF está trabajando en la elaboración de varias guías de práctica clínica y en un Libro Blanco sobre la Patología Venosa y Linfática en España, que ayudarán a los profesionales y a la población general al mejor conocimiento de esta patología.