Decantadores de Diseño

Por Hogarismo

El decantador de vinos es un utensilio inventado para cumplir la simple pero esencial función que le da nombre: decantar. Es un recipiente de volumen suficiente para albergar el vino antes de ser consumido por lo que cuando sea necesario, se verterá el contenido de la botella en el decantador para ser servido después en la copa. Hoy en día los decantadores son normalmente de cristal, por lo que son respetuosos con el medio ambiente, y tienen infinitas formas, aunque es común que tengan una boca y una base anchas para asegurarnos de que el vino no se deslice suavemente al llenar el decantador sin derramarse y además pueda airearse en su interior.

Haciendo honor al nombre, el decantador tiene como función alojar el vino ya desprovisto de las lías (partículas sólidas) que se desarrollan mientras el vino envejece en la botella. Estos posos, de pasar a la copa dan un sabor amargo al vino lo que puede arruinar su disfrute; de hecho son utilizados para hacer vinagre. Es casi obligatorio utilizar el decantador con vinos envejecidos por largo tiempo en la botella ya que la aparición de posos es prácticamente inevitable.

A continuación os presentamos una serie de decantadores que, además de cumplir su función primordial, servirán de decoración por sus formas tan elegantes y originales.

El primero de ellos, se llama “Rainman” y su creadora fue la sueca Matilda Ringner, que desde hace un tiempo lidera la firma con su propio nombre. Este decantador tiene la particularidad de contar con varios orificios de salida del vino, pues su creadora se inspiró en una regadera para aportar una nueva solución a su decantador, pero manteniendo la esencia del mismo: airear el vino.

“Amadeo” es el nombre de este estiloso decantador de la firma Riedel, que, además fue diseñado en 2006 para celebrar el 250 aniversario de su firma. Elaborado a mano, está fabricado con el más fino cristal soplado en boca y cuenta con una capacidad de 150 cl y una altura de 35 cm.

También de Riedel, el decantador “Eve” fue diseñado en 2008 como tributo a la matriarca de la familia, Eve Riedel. Cada pieza es soplada en boca por un maestro soplador austríaco, lo que la convierte casi en pieza de coleccionista. Su exclusivo diseño es inspirado por el sinuoso movimiento de una cobra. Pero no carece de funcionalidad ya que esas curvas favorecen la decantación. Se acompaña

Los últimos dos decantadores forman parte de la colección del escultor Etienne Meneau que retrata desde su punto de vista “cómo el vino se transforma en algo moderno”. Cada jarra combina arte y funcionalidad provocando el asombro de sus espectadores. “Mi trabajo gira en torno a la naturaleza, por ello mi interés en los vegetales ya que son una geometría de vida pura y algebraica. El primero de ellos se inspira en una rama de árbol de higo”, señala Etienne. Ya sean ramas de árboles o cuerpos de vidrio que aluden a verdaderos vasos sanguíneos, estos decantadores transforman el simple acto de degustación del vino, en una experiencia para los sentidos.

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