Decoración con baldosa hidraulica

Por Elisa @elizzaflow

La baldosa hidraulica es el complemento perfecto para el suelo de una vivienda. Sin embargo, es toda una desconocida en el mundillo.

La creación de la baldosa hidráulica se sitúa entorna al siglo XVII o XVIII, en Italia; sin embargo, no fue hasta un siglo después, en 1824, que se comercializó gracias a la invención del cemento Porland.

La baldosa hidráulica encuentra su máxima expresión en las zonas del Mediterráneo, sobre todo en los albores del siglo XX, y más concretamente en la década de los 60. Barcelona (España) es un claro ejemplo, y el modernismo, que se semeja bastante en las figuras utilizadas y la forma de tratar los colores, es una de sus máximas expresiones. Y es que este tipo de suelo no deja de ser una forma de expresión artística en sí misma. Desde entonces, su uso ha sido decreciente, pero las nuevas tendencias decorativas la están recuperando hasta convertirse en una de las formas preferidas para revestir suelos. Tanto es así que esta práctica está comiendo terreno y se adquiere para cubrir paredes.

Durante las primeras décadas del siglo XXI, la baldosa hidráulica se ha limitado a restaurantes, hoteles y viviendas de la urbe que no sucumbieron al proceso de reforma (la mayoría en favor del paqué). No obstante, los nuevos tiempo la recuperan por su fantástico acabado. Es de recibo reconocer que las técnicas de instalación han mejorado mucho con los años, aunque el resultado todavía guarda ese aire tradicional tan atractivo.

Los mosaicos que visten, lejos de las imperfecciones de antaño, juegan con todo tipo de figuras geométricas en busca de un manto homogéneo de colores, lo que de forma muy sui géneris los acerca a un gran sustitutivo de las alfombras, aunque más cómodo y limpio. No resulta extraño ver este tipo de suelo combinar con la decoración nórdica, el estilo retro y la decoración industrial.

Imágenes: ceramicastesouro.com