Una muestra donde el pintor de origen francés (Rennes, 1980) muestra sus reflexiones sobre la relación entre la religión y la sociedad, así como sus derivas y extravíos.
" Las campanas suenan las once. Este domingo, por la mañana, el sacerdote está a punto de celebrar la misa con sus fieles. Pero, como cada domingo desde hace décadas, estos últimos no acuden a la cita.
Práctica en caída libre, crisis de las vocaciones, indiferencia de la juventud, escándalos y posiciones de la autoridad religiosa... un verdadero foso de incomprensión se ha ido creando entre nuestro modelo de sociedad y un catolicismo percibido como inmóvil, o incluso regresivo.
Frente a estos síntomas de crisis, no faltaron las reacciones de la Iglesia. Una idea gobernó múltiples intentos de reforma: había que reconciliar la institución eclesiástica con su tiempo. La solución: la reforma, el concilio Vaticano II. Su traducción: repensar las condiciones del sacerdocio, el abandono del latino, el diálogo entre las religiones, el tuteo de dios, la apertura y reflexiones alrededor de temas fuertes como la contracepción, el sacerdocio femenino, el matrimonio de los sacerdotes...
Todo esto se produjo con una precipitación nunca vista en la Iglesia, y con una voluntad de cambio que mostraban que se trataba de una revolución. Rápidamente, y para evitar toda deriva excesiva, los obispos reorganizaron su clero, con la intención de restaurar un compromiso espiritual fundado en una tradición cristiana revisitada pero inaccesible al nuevo siglo.
Tradición perpetuada hoy por su defensor más fiel: Benedicto XVI, papa controvertido por sus posiciones dudosas de otro tiempo con la rehabilitación de obispos integristas y su negacionismo, incluso incomprensibles, sobre el sida y la contracepción. "
Dossier de la muestra ¡recomendable!