Quiero dedicar este artículo a todas aquellas personas que a lo largo de su vida han sabido evolucionar y crecer en positivo. A todos aquellos que debieron preocuparse por hacer las cosas bien, que supieron mejorarse y aprender de los demás. A todos aquellos que un día reconocieron el significado del esfuerzo y la constancia. Para todos los que han tenido que sacrificar su presente para obtener su futuro.
Os confirmo que existen realidades muy duras. Pero también os confirmo que existen capacidades sorprendentes para superar las dificultades. Todos podemos aprenderlas, solo hemos de conocer cuáles son y empezar a ponerlas en práctica.
Los niñ@s superan con creces todas mis expectativas en cuanto a capacidades y vulnerabilidades. Y quiero explicaros algo…
Cuando por primera vez entienden que lo que les pasa…se puede cambiar y mejorar. Aprenden a cómo afrontar sus temores, a pedir ayuda cuando la necesitan, a reflexionar sobre su comportamiento y a resolver sus problemas encontrando soluciones. Es cuando empiezan a aplicar en su día a día su capacidad de superación y se sienten bien, aumentan su seguridad y confianza, mejoran su autoestima, mejoran su comportamiento y su rendimiento escolar. Dicho así, parece algo sencillo y fácil pero no para tod@s lo es. La mayoría de nuestr@s niñ@s presentan grandes dificultades para poder llevar a cabo muchas de las cosas que los demás, resuelven sin dificultad.
Son pequeños genios.
Pequeñas mentes en desarrollo.
Pequeñas esponjas que lo absorben todo y más de su entorno.
Pequeños expertos de la vida.
¡A tod@s ell@s les admiro y les felicito por conseguirlo!