Buenas días.El otro día tuve que ir a la consulta de un médico, solo iba a buscar unos papeles para unas pruebas rutinarias, como siempre estaba a tope de gente, y tuve que hacer cola, mientras esperaba que me atendiesen. La persona que estaba delante de mí tendría unos 75 años, bueno a lo mejor era algo mas joven, nunca se me dio bien eso de poner años a la gente, siempre tiro para arriba.Lo curioso de todo esto es que se le veía claramente con ganas de hablar, en la sala de espera, la gente leía libros, jugaba con el móvil o leía revistas sin mucho interés. El hombre que tenía delante, como ya os decía, tenía muchas ganas de hablar, pantalón marrón, jersey de cuello vuelto y chaqueta de tweed; se le veía muy contento, y me empezó a hablar, yo como siempre y supongo que como muchas de vosotras, estaba a mil, deseando que me tocase mi turno y largarme de allí; sin embargo, ese hombre, no hacía mas que mirar hacía mi, me buscaba con la mirada, para poder entablar una conversación, primero empezó diciendo que siempre había mucha gente en esa consulta, aunque la doctora era muy buena y él estaba muy contento; que si ganaba dinero, se lo merecía porque no paraba de trabajar. Sinceramente, yo solo le sonreía, y le decía "si claro". Al cabo de un rato, me preguntó si tenía prisa, que si solo era por un papel me dejaba pasar, le dije que no se preocupase, lo único que tenía ganas es de coger el móvil y hacer que tenía cosas que hacer, pero no me atreví. Al cabo de un rato, me dijo que él tenía cita a las dos, pero no sabía a que hora saldría de allí, que ojalá, fuera pronto, porque su mujer estaba en una residencia, y todas las tardes iba a darle la merienda, y que no quería falta, porque seguro que le echaría de menos. Yo le dije que seguro que le daba tiempo, que no se preocupase; pero al mismo tiempo cogí mi móvil y me puse a juguetear.Finalmente el pobre señor, se confundió de hora, le tocaba a las 10, iban a intentar arreglarle la cita; llegó mi turno, cogí mi papel, y me fui.
A lo largo del día, tuve al señor en mi cabeza, y me sentí mal, cuánto me costaría dedicarle 5 minutos, ser atenta y darle conversación, se le veía contento, aunque tiene a su mujer en una residencia, probablemente por alguna enfermedad que no le permita estar con él; solo me estaba pidiendo un poquito de conversación y yo no fui capaz de dársela, la vida acelerada e impersonal que llevamos, nos hace que nos volvamos egocéntricos, me puse a toquetear un aparato que me aisló, y que evitó tener una relación humana. Estoy segura que si fuese un niño pequeño, toda la sala estaría haciéndole gracias y carantoñas; no nos damos cuenta que afortunadamente la mayoría de nosotros llegaremos a mayores, nos sentiremos solos, y tendremos ganas de hablar con el primero que nos encontremos; que la gente joven seguirá su vida y pocos se pararan a dedicarnos 5 minutos de su tiempo Ahora que escribo, me siento arrepentida y le pido disculpas Señor de pantalón marrón, jersey de cuello vuelto y chaqueta de tweed, pero he aprendido y la próxima vez que me ocurra le dedicaré el tiempo que se merece, como persona mayor que esFeliz martes.
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