“Esto es lo que hay, eso está allí y yo estoy aquí, todo se reduce a una simple elección, empeñarse en vivir o empeñarse en morir”. Andy Dufresne en The Shawnshack Redemption
En los días que transcurren he pensado mucho. Leo, observo, analizo y trato de dejar ir. La realidad de mi país no me permite ser objetiva. Quiero encontrar un culpable por tener que vivir lo que los venezolanos estamos viviendo y no lo consigo. No hay respuesta, sólo un simple vacío que empeora mi estado…
Se acerca mi cumpleaños
¿Un año más o un año menos? a mi también me ataca la ansiedad, la duda y el miedo, y se me mezcla con la alegría, la esperanza…y con la confianza de que todo va a estar bien.
Pero ¿sabes qué? Ya no quiero sentirme con dudas e incertidumbre. No soy víctima de las circunstancias que me rodean, ni del gobierno, ni de haber nacido en este país, ni de los amigos que tengo o que tuve, ni de los amores vividos o perdidos, ni siquiera de mi nueva edad.
Hoy justo antes de cumplir años decido ser feliz. Me enfoco en lo que está a mi alcance, en lo que puedo hacer y en aceptar lo que me toca vivir. Y sólo por eso te cuento lo que creo que funciona para “despertar”, sentirme responsable (no culpable) de lo que me pasa y disfrutar la vida.
¿Elijo conflicto o paz?¿Elijo ver la ilusión o ver la verdad?¿Elijo ser especial o ser tal y como soy?¿Elijo el miedo o el amor?¿Elijo el dolor o el gozo?¿Elijo la decepción o la comprensión?¿Elijo tiempo o eternidad?¿Elijo ser cuerpo o ser espíritu?¿Elijo controlar o fluir con la vida?¿Elijo ver culpabilidad o ver inocencia?¿Elijo temer o confiar?
Deja a un lado todo lo que crees importante. No te preocupes, nada es importante. Cierra los ojos, respira profundamente. Siéntate aquí, conmigo y disfrutemos juntos.
Quiero dar hoy todo lo que considero es mío para usarlo de una mejor forma. Que contribuya con la misión que tengo en este mundo de ilusiones. Y también, para compartirlo contigo.
Pero sabemos que la intención no es suficiente. Es necesario actuar. La acción es lo único que nos mueve y es lo que “permite” que algo grande ocurra.
Todo es una cadena: lo que damos lo recibimos de vuelta. Aunque algo te “suene” lejano y ajeno a tu realidad, te afecta y está a la vuelta de la esquina. Todo está cerca, no hay distancia, no hay tiempo…
Ahora estoy como muy emocionada, casi no puedo estar sentada escribiendo, ni tener la cabeza tranquila. Creo que es la emoción que una persona libre puede sentir. Me doy cuenta que soy una mujer libre al principio de un largo viaje cuyo final es incierto, y eso precisamente es lo que hace interesante la vida.
Espero poder cruzar todas las fronteras. Espero poder ver amigos y desconocidos y estrechar sus manos. Espero que el mar esté tan azul como siempre lo he soñado. Y espero nunca más perder la esperanza y el entusiasmo.
Creo en los milagros
Creo en la reconciliación porque al final de cuentas, somos todos hermanos, hijos de un mismo universo, un sólo Dios, un sólo creador. Y todos somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual.
Mis ojos, mi lengua, mi nariz, mis manos, mis pies tienen hoy un solo objetivo: aprender a reconocer los milagros en mi vida y yo sé que ocurren todos los días.
Sólo quiero bendecir al mundo con milagros, sólo eso.
Nada es mío
Por ti y por mi hemos unido nuestros propósitos de vida. Nada de este mundo nos pertenece. Por fin lo aprendí. Y mientras más trabajo conmigo, contigo, más le veo sentido a mi vida.
Y me pierdo en mi identidad, y reconozco que tu y que yo, somos grandes. Tan grandes como el universo. Somos uno, somos creadores. Sin límites.
Dejemos a un lado TODO
¡Todo ya lo tenemos! Lo que realmente nos hace felices es gratis. El mar, las gaviotas, el amanecer y el atardecer… Sólo mira el cielo de las últimas fotos de este post ¿Acaso lo dudas? seamos agradecidos porque detrás de cada drama, de cada crisis, se oculta un cielo lleno de nubes de colores.
Gracias a mi amigo Rodolfo Vizcaíno, quién “capturó” esos cielos <3"><3"><3