”HAY UN CHICO AQUÍ HACIENDO FOTOS, NOSOTROS LE HEMOS PEDIDO QUE VINIESE. POR FAVOR, GUARDAD VUESTRAS CÁMARAS, NUESTRA CEREMONIA NECESITA SOLO UNA. GRACIAS, LOS RECIÉN CASADOS”
Quizá hayáis oído hablar de una corriente que viene de paises anglosajones que se llama Unplugged weddings (se llaman así a las bodas en las que los novios piden a los invitados que no usen sus cámaras ni móviles y que disfruten de la ceremonia). Este post no va exactamente de eso, pero hace un par de días vimos la foto de la pizarra de arriba en Pinterest y pensamos en escribir sobre ello, hemos vivido en muchas bodas como se les complica a los fotógrafos y videógrafos su trabajo. Y los novios no pueden hacer nada por evitarlo… ni siquiera son conscientes de ello hasta que tienen las fotos de su boda y ven cómo algunos de sus invitados se han colado en los planos más importantes de la boda por sacar ellos su foto.
A todos nos gusta hacer fotos, las hagamos bien o mal, nos gusta eso de hacer click. Hace unos cuantos años las réflex se hicieron tan asequibles que casi todos los aficionados tenemos una y a veces nos venimos arriba y nos creemos casi profesionales. La tecnología nos lo ha vuelto a poner fácil y ahora que tenemos supermóviles si te olvidas la cámara no pasa nada, estás salvado, vas a poder hincharte de hacer fotos en la boda de tu amigo hasta que te aguante la batería. Y mañana se las pasas por whatsapp, ya no hay ni que descargar la tarjeta en el ordenador. Los iPad también están invitados a las bodas, seguro que habéis visto a algún invitado poniendo uno de ellos en medio del pasillo por el que entran los novios obligando al fotógrafo a hacer malabares para evitar eso en su foto. La tecnología nos ha convertido en intrépidos reporteros de bodas tan fácilmente…
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Y ojo, que está genial hacer fotos en la boda de tu colega o de tu primo, está súper, pero a veces se nos olvida que hay un fotógrafo profesional en la boda y los invitados se colocan en lugares que les complican el trabajo a estas personas que, básicamente, los novios han contratado para que documenten ese día, insistimos, de forma profesional.
¿Por qué, como invitados, no les dejamos trabajar? Nos empeñamos en meternos donde sea para conseguir esa foto que ni mucho menos será tan buena y bonita como la del fotógrafo. Muchas veces la gente no se da cuenta y por supuesto que no se hace con mala intención, pero de verdad que en otras ocasiones clama al cielo! Todos los fotógrafos de bodas tienen cientos de situaciones de este tipo que podrían contarnos. Parece una obviedad, pero seguro que no se le ocurriría a nadie ponerse delante de las puertas abatibles de la cocina para que cuando abriesen los camareros no pudiesen salir, a que no?
Desde que empezamos a trabajar hace años como wedding planners hemos vivido muchas situaciones a este respecto. Incluso en una ocasión un videógrafo nos pidió que por favor le explicásemos a un familiar (que estaba haciendo fotos continuamente en la zona del altar) que les estaba obstaculizando el trabajo por estar en primera linea, por delante de los fotógrafos y videógrafos.
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Ese invitado que se sitúa delante del fotógrafo o detrás de los novios no se puede ni imaginar lo complicado que es para ese profesional el momento de la ceremonia. No hay segundas oportunidades, o consiguen el plano que necesitan en el momento justo o bye, bye foto. Al cura no se le puede pedir que pare la misa para que que ese señor que está allí detrás estropeando la foto se quite. A las complicaciones técnicas propias de la foto y el video en una ceremonia (cambios de luz en segundos y cosas así), al poco espacio que hay a veces en estos lugares y el sumo cuidado y respeto con el que se tienen que mover en un altar, si sumamos tener que sortear los obstáculos de los fotógrafos aficionados y los peligrosos flashes de otras cámaras que estropean su foto o video, para los profesionales se hace la cosa muy difícil. Y los que pagarán estas consecuencias son los novios, no tendrán las fotos bonitas (y profesionales) para las que han contratado a ese fotógrafo. Pero el tío Enrique tendrá ese fotón que estaba empeñado el hombre en hacer, eso sí… (véase al tío Enrique aquí abajo dándolo todo en medio del pasillo)
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Otro momento clave para el fotógrafo y videógrafo es el primer baile de los novios. Solo van a bailar una vez ese primer baile, así que la oportunidad de conseguir las mejores fotos es solo una. Y cuántas veces no pueden tener las fotos que querrían por tener a una o varias personas acercándose demasiado a los novios o metiéndose en su plano… La siguiente foto es de Anaís Gandiaga e ilustra perfectamente este momento, Anaís habló de ello en este post.
Un fotógrafo o un videógrafo de boda se ocupa de guardar para siempre lo que sucederá ese día, su trabajo es muy, muy importante. De hecho, hasta podría decirse que mientras otras cosas de una boda serán efímeras, la foto y el video serán lo que permitirá que ese día, esas emociones, permanezcan para siempre. Y los novios los han elegido entre un montón de opciones porque confían en su profesionalidad y su visión artística. Esos fotógrafos les entregarán a los novios muchísimas fotos preciosas que seguro que si los invitados se las piden a los novios se las darán encantados. Si es que no vale la pena contorsionarse con el iPad y la refléx y liarla parda en la ceremonia y el baile… Disfrutemos de cada momento de la boda, que para eso nos han invitado, y dejemos que dispare el fotógrafo, que lo hace genial.
Y vosotros, ¿qué pensáis de las unplugged weddings y de este tema? Es peliagudo, ¿verdad?