Una de las estrategias que muchas personas tienden a utilizar es la de copiar -”modelar”- las maneras de otras, con la falsa creencia de que esto les ayudará en su camino de autodescubrimiento y en su búsqueda del éxito.
Pero esto en realidad es muy peligroso, porque se produce una desconexión contigo mismo. Si lo hiciste, recordarás que empezaste a probar de todo y que tu única intención era encajar como fuese, sin más. Encajar y punto.
Ensayaste cosas que no tenían nada que ver contigo como persona, ni con tus emociones, necesidades o intereses reales; pero sí con las expectativas que te genera el supuesto éxito y bienestar que “pudiste observar” (mejor dicho, que te mostraron con sumo cuidado) porque, por supuesto, “si te esfuerzas lo suficiente siguiendo tal o cual consejo, puedes lograr lo mismo tú también”.
Y ahí es cuando entró en juego un mensaje que puede condenarte o salvarte según cómo lo entiendas: el mítico “haz como si lo fueras hasta que lo seas”.
En contra de lo que podría parecer, eso no significa que finjas ser algo hasta que todo el mundo piense en ti de esa forma. De hecho, sería una idea terrible.
No se trata de que te limites a imitar y repetir algo que ni comprendes, ni sabes usar adecuadamente, ni sabes si encaja con tus valores o con tu cultura. Por ponerlo de otro modo: tú no usarías un martillo para encender la tele, por muy bien que te clave las alcayatas… ¿O sí?
Pues con la persuasión y el aprendizaje profundo se aplica lo mismo.
Por muchos años que inviertas fingiendo ser algo que no eres, eso no te va a facilitar que llegues a serlo.
Como mucho, te pone en el rol que buscas aprender durante un rato.
Y si te das cuenta del modo en que conecta contigo y se integra en tu realidad, es probable que puedas crecer en esa dirección. Pero no basta con repetir a ciegas algo.
Puede que tú te lo creas (para aprender algo nuevo a veces hay que creerse capaz de hacerlo, y en ese sentido sí podría venirte bien para tener la actitud adecuada). De hecho, puede que hasta otros se lo crean y durante un tiempo te valga con eso…
Pero, si solamente imitas y crees lo que imitas, no vas a aprender na de ná y perderás tu equilibrio (y todo lo ganado con la farsa, teniendo que volver a empezar).
Dime sinceramente… ¿Lo has probado alguna vez?
¿Y recuerdas lo que conseguías así?
Déjame probar a describirlo.
Algo que sólo podría llamarse “un victimismo ilustrado”: le ponías un parche a una autoestima frágil, y te llenabas de resentimiento y miseria a medio y largo plazo.
Seguro que más de una vez perdiste el control en el peor momento y lo pagaste con quien menos lo merecía, y que no quieres que se vuelva a repetir. ¿Verdad?
Vamos a hacerlo mejor a partir de ahora, pues: convirtamos esto en un juego. Hagamos que sea fácil y divertido probar cosas nuevas, pero desde tu propia piel. ¿Te parece? 😉
Entonces, ¿qué se puede hacer si ser uno mismo está tan de capa caída y fingir ser otra persona está mejor visto?
La respuesta más sencilla sería seguir el dicho de “donde fueres haz lo que vieres”, pero lo que te quiero proponer aquí (y lo que proponemos Diana, yo, y los miembros de la Comunidad) es distinto.
Te lo pongo en formato cita, para que destaque más:
Vete a un sitio donde de verdad puedas hacer lo que realmente deseas y mereces hacer, que es ser tú mismo. Ser aceptado y apreciado con lo bueno, lo malo, lo bello y lo horrendo.
Y si crees que no es posible, te equivocas.
Ahora viene la sorpresa, y a la vez el reto:
¿Qué vas a hacer tú para resolver esta lucha en tu favor?
El reto que te menciono aquí puede resultarte más o menos fácil según como seas.
Va de ser más honesto contigo mismo, y te va a hacer consciente (reflexionando, meditando, evaluando tu entorno o como prefieras) del tipo de cambio que necesitas ahora.
En otras palabras: vas a comenzar a romper cualquier ciclo autodestructivo que andes viviendo en este instante, y te abrirás de nuevo a tener esta clase de amistades y relaciones auténticas de las que llevamos todo este rato hablando.
Lo que vamos a hacer es romper el ciclo de la negación, de manera que comiences a creer más en ti. Puede que sin darte cuenta al principio, pero cada vez más y más.
¿Qué tienes que hacer por tu cuenta?
A partir de hoy, vas a encontrar la manera sana de distanciarte de la gente que te daba consejos que no encajaban con lo que realmente deseas o necesitas, y vas a tomar perspectiva e invertir tiempo en mejores relaciones.
¿Y si te relacionas con la Comunidad Fluyendo?
Vamos a conseguir, alimentar y cuidar amistades constructivas que te ayudan a sentirte a gusto siendo espontáneo y natural, y que alimentan tu amor propio.
La decisión es tuya. Yo me limito a pasarte el dato.
Conoce la #ComunidadFluyendo
Cuéntame en los comentarios cómo te afecta a ti la falta de autenticidad en algunos sectores. Te lanzo algunas preguntas para ayudarte a ello y abrir el debate:
- ¿Te han baneado de algún foro, comunidad o grupo de discusión?
- ¿Perdiste alguna amistad porque no le gustó cuando hablaste de las cosas que realmente te importan?
- ¿Te han forzado a ser de una manera que no te representa realmente sólo para poder pertenecer a un grupo? ¿Qué pasó finalmente? ¿Cómo te sentiste?
Nos leemos en el próximo texto, y en los comentarios de éste.
¡Salud!
Pedagogo al 90% y subiendo. Comunicador y mentor por vocación (y pronto, más cositas). Autor de las webs La Vida es Fluir & Play it Sexy!, Aventurero y Heartist (persona comprometida a vivir, crear y obrar con cabeza, corazón y conciencia). Escribo sobre el Buen Vivir: autoaprendizaje, estilo de vida, habilidades sociales, relaciones y más.
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