Hace no mucho, tuve el placer de escuchar la historia de Hermès. Tengo que decir que lo que más me impacto y me trae hoy a escribir esto, fue una anécdota concreta.
Cuando la tan conocida familia Hermés, propietarios y fundadores de la conocida y prestigiosa casa de moda, buscaba unas cajas para sus productos se encontró con un problema. Debido a los problemas de la época no podían producir cajas de cartón clásicas, con lo que el dependiente le ofreció a la familia una remesa de cajas naranjas que no gustaban a nadie y que estaban en una esquina cogiendo polvo. A la familia Hermés, que le gustaba el naranja, accedió y así nació un clásico.
Una caja naranja que no tiene siquiera código de color y que con el tiempo fue variando hasta la caja de textura tipo cuero de Hermès que todos deseamos tener entre manos algún día.
Pues bien, ¿Por qué os cuento esta pequeña anécdota? Porque me encanta como del desprecio, unas cajas que estaban arrinconadas y a las que parecía no esperarles un futuro muy glorioso, nació el deseo. Además, de uno de los colores que más veremos esta primavera-verano.
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Publicado en Moda
mar·23