Delirium, de Lauren Oliver - Crítica literaria

Por Eltiramilla

Clasificación: Novela Fantástica
Primer tomo de la trilogía Delirium
Nuestra edición: SM, 2011, 15’95 €
Valoración: 4’5 sobre 5

Volvemos al género distópico y nos encontramos con unos Estados Unidos cerrados al mundo que además han aislado todas sus ciudades por medio de fronteras infranqueables, de forma que si naces en una vivirás toda tu vida en ella. La violencia de este siglo hizo que muchos médicos se planteasen cuál era su origen real y pronto descubrieron que la fuente de los problemas era lo que llamaron “los deliria”, plural de delirium, que significa delirios. Para esta sociedad los sentimientos son una enfermedad, a eso se refieren con los deliria: nos hacen llegar a extremos que no podemos controlar, de ahí que decidieran investigar alguna forma de extirparlos; al fin y al cabo solo causan dolor. Y lo consiguieron, convirtiéndose la operación en imperativa poco tiempo después. Lena Holway lleva soñando con su operación desde niña, ya que todo lo que ella quiere es una vida segura y sin ningún peligro de sufrir; sobre todo debido a que en la sociedad está mal visto lo contrario y ya tiene bastantes estigmas. Pronto tendrá que pasar por la evaluación que decidirá todo su futuro para que no haya sobresaltos ni situaciones inesperadas… es decir, para evitar cualquier posible dolor. Pero el destino no podía estarse tranquilo, lógicamente, y pondrá en su camino a una persona que le hará replantearse todo.

Estamos ante un libro muy bien realizado. Primero, su lenguaje convence, tanto por las emociones que transmite, que son muchas, como por utilizar un léxico apropiado para los personajes. Además, se nota cómo el autor juega con él, por ejemplo con el desconocimiento por parte de Lena de determinados conceptos o la existencia de ciertos tabúes que hacen que la chica sea incapaz de pensar en ellos con las palabras correctas. Esto es importante, dado que bastantes autores hacen que los personajes se acomoden a nuevas realidades demasiado rápido. Es más, resulta verosímil, ya que si no conoces un concepto o no tienes una palabra para ello, es natural que te cueste más aceptarlo o describirlo. Aparte, por supuesto, del momento en el que Lena tiene que diferenciar entre “ellos” y “nosotros”, un detalle que normalmente no nos planteamos demasiado. Más allá del tema lingüístico, Lena Holway se erige como uno de los mejores personajes protagonistas que he visto en mucho tiempo. Para empezar, porque es coherente y redondo, tiene un sueño y no quiere renunciar a él. No se trata de la típica protagonista a la que le basta con babear por su contraparte masculina, sino que va a pensárselo mucho, y no como si fuera algo que no tuviera nada que ver con el resto de su vida, sino como una elección vital. También es cierto que muestra claramente todos los traumas de su infancia, pero manteniéndolos en el misterio, de una manera muy correcta, situándonos en parte a la expectativa y mostrando una actitud muy realista hacia ellos. Hay un par de cosas que no me han acabado de convencer: la primera, bastante repetitividad acerca de cómo la tensión atenaza el estómago de Lena. Sí, está justificada, al fin y al cabo no deja de pasar por momentos muy tensos, pero probablemente podría mostrarse de otra manera. También tengo atravesado a Álex, que me parece demasiado perfecto. Un personaje masculino con algún defecto hubiese estado mucho mejor para mostrar el efecto de los sentimientos. Aunque también es cierto que lo vemos bajo el prisma del sentir de Lena… así que tampoco está mal del todo. Lo que sí que me ha faltado un poco es la existencia de una “némesis” más clara y carismática. El alcalde o el presidente me hubiesen valido como  referencia de la sociedad, pero dejarlo todo en la plebe o la policía sin parecer realmente “comprometidos” con su trabajo no acaba de convencerme. Otra de mis quejas va más hacia la idea de convertir esta novela en la primera de una trilogía, porque con el final que tiene no necesita más partes. Quiero decir, sí, pueden hacerse perfectamente, pero la situación final es redonda.

En conclusión, un grandísimo exponente de las distopías que merece una lectura profunda y clara al mismo tiempo, tremendamente emocionante y agradable de leer. Quizá y solo quizá tiene en contra ser primera parte de una saga, pero merece la pena aunque os quedéis solamente en este libro.