Objetivo: Resumir el estado actual de las técnicas en el diagnóstico y tratamiento del delirium y destacar áreas críticas para futuras investigaciones para avanzar en el campo.
Revisión de evidencia: Búsqueda en Ovid MEDLINE, Embase y Cochrane Library durante los últimos 6 años, desde el 1 de enero de 2011 hasta el 16 de marzo de 2017, utilizando una combinación de vocabulario controlado y términos de palabras clave. Dado que el delirium es más frecuente en los adultos mayores, se centró en los estudios en poblaciones de edad avanzada; se excluyeron los estudios basados únicamente en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y los artículos que no estaban en inglés.
Hallazgos: De los 127 artículos incluidos, 25 fueron ensayos clínicos, 42 estudios de cohortes, 5 revisiones sistemáticas y metanálisis y 55 fueron otras categorías. Un total de 11.616 pacientes fueron representados en los estudios de tratamiento. Los avances en el diagnóstico han incluido el desarrollo de herramientas breves de detección con alta sensibilidad y especificidad, como 3-Minute Diagnostic Assessment; 4 A’s Test; y medidas indirectas como el Family Confusion Assessment Method. Las medidas de severidad, como el Confusion Assessment Method–Severity Score, pueden ayudar a monitorear la respuesta al tratamiento, la estratificación del riesgo y la evaluación del pronóstico. Los enfoques no farmacológicos centrados en factores de riesgo como la inmovilidad, la disminución funcional, el deterioro visual o auditivo, la deshidratación y la falta de sueño son efectivos para la prevención del delirium y también se recomiendan para el tratamiento del delirium. Las recomendaciones actuales para el tratamiento farmacológico del delirium, basadas en revisiones recientes de la evidencia, recomiendan reservar el uso de antipsicóticos y otros medicamentos sedantes para el tratamiento de la agitación severa que representa un riesgo para la seguridad del paciente o del personal o amenaza la interrupción de terapias médicas esenciales.
Conclusiones y relevancia: Los avances en el diagnóstico pueden mejorar el reconocimiento y la estratificación del riesgo de delirium. La prevención del delirium con enfoques no farmacológicos se documenta como eficaz, mientras que la prevención y el tratamiento farmacológicos del delirium siguen siendo controvertidos.
JAMA. 2017;318(12):1161-1174. doi:10.1001/jama.2017.12067
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