Entramos de lleno en una de las confusiones más frecuentes cuando hablamos de Alzheimer. El uso indiscriminado de las palabras "Alzheimer” y “demencia”.
La demencia es un síndrome, cuyo diagnóstico es clínico, y está basado en el deterioro de las funciones cognitivas respecto al estado inicial previo de la persona, llegando a la confirmación del diagnóstico mediante la exploración neuropsicológica. Una condición fundamental para establecer este dictamen, es que el trastorno cognitivo debe tener una intensidad tal que perturbe la realización de las actividades habituales del paciente. La demencia no implica que sea senil, pues puede manifestarse en personas en edad temprana, y tampoco es siempre propia de la enfermedad de Alzheimer. El apellido SENIL que a menudo lleva adosado la DEMENCIA no es siempre adecuado ya que puede llevar a errores.
Con respecto al diagnóstico, no existe una única prueba para determinar si una persona tiene demencia. Los médicos diagnostican Alzheimer siempre con la palabra PROBABILIDAD delante (que suele ser del 98-99%), ya que no es hasta que no se realiza una autopsia cerebral cuando se tiene la confirmación absoluta (100%) de la dolencia.
No obstante, la historia clínica del paciente, una evaluación cognitiva, pruebas de laboratorio, y test específicos, pueden llevarnos sin casi margen de error al diagnóstico de demencia. Es cierto que un médico puede llegar a dictaminar con precisión que el paciente sufre demencia, sin embargo es más complicado que determine el tipo exacto dado que los síntomas de diferentes tipos de demencias pueden coincidir entre ellos. En algunos casos, un médico puede diagnosticar demencia sin especificar su tipo, situación en la que será necesaria la consulta a un especialista (Neurólogo)
La demencia puede tener causas diferentes. Una de ellas es el Alzheimer, que es la causa más frecuente en provocar demencia (se estima que en un 60%-80% el Alzheimer es la causa más frecuente de demencia) pero no la única. Si la demencia aparece en edad avanzada (demencia senil), puede también deberse a infartos en el tejido cerebral (demencia vascular), o a enfermedad de Parkinson de importante evolución.
En sujetos de edad no avanzada la demencia puede hacer su aparición como parte de síndromes como el VIH, la demencia por cuerpos de Lewy, el síndrome de Pick (demencia cortical muy poco frecuente, que comparte con el Alzheimer la dificultad para ser diagnosticada con precisión) o la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (conocida coloquialmente como el síndrome de las vacas locas).
Los médicos van sustituyendo poco a poco el término senil en pro de brindar al enfermo y a su entorno la información completa acerca de la demencia existente, su origen y causa.
Así pues, podemos y debemos afirmar que todas las personas que padecen Alzheimer, padecen también demencia, pero esto no ocurre al revés. Hay demencias que no son causadas por la enfermedad de Alzheimer.
¿Habíais notado vosotros el uso indiscriminado de ambos términos? ¿Sabíais que hay todavía medios de comunicación nacionales que no diferencian claramente a la hora de hablar demencia y Alzheimer?
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