Democracia, mercados y salud mental

Por Blogsmtenerife


Si, como afirma Jorge L.Tizón (psiquiatra, psicólogo y neurólogo), el cuidado amplio, integral y acogedor de los marginados y entre ellos, los psicóticos, mejora en los momentos de mayor libertad, impulso cultural y democracia, va a resultar que a día de hoy el panorama de la salud mental está, digámoslo de forma suave, bastante perjudicado.
Que nuestro sistema democrático hace aguas, escurriéndose entre las economías de mercado neo-liberales, es, a estas alturas, una realidad que nadie en su sano juicio se atrevería a negar 
Y, desgraciadamente, y no solamente lo digo porque lo diga Tizón, que el cuidado democrático en las psicosis dista mucho de ser algo más que un deseo cargado de buenas intenciones, es otra realidad palpable, aunque no tan terrorífica como algunas voces se empeñan en gritar una y otra y otra y otra vez.
Estoy de acuerdo en que (copio textualmente) la tendencia de las personas con psicosis a perderse entre los intersticios de la sociedad y sus propios repliegues psíquicos va en aumento. Las razones son múltiples, aunque sospechamos que algún papel han de estar jugando dos factores: el aumento de la intolerancia en esta sociedad de consumo (que no de bienestar) y la progresiva unidimensionalización y uniformación del pensamiento psicopatológico y psiquiátrico.
O lo que es lo mismo, carecemos de una  red socio-sanitaria sólida y eficiente, de un modelo de cuidados verdaderamente biopsicosocial y de un enfoque donde lo humano esté por encima de todo lo demás y donde tengamos siempre presente que antes de proteger hemos de respetar.
Además, a pesar del despunte progresivo del gasto en salud mental, la salud pública no mejora, ni los dispositivos y cuidados en salud mental mejoran, se reciclan, se reforman o se adaptan a los nuevos conocimientos.
¿Qué está ocurriendo? ¿Estamos necesitados de una nueva reforma psiquiátrica?
Echando la vista atrás, podemos sintetizar las diferentes reformas psiquiátricas (al menos, en teoría) del modo que sigue:
- La primera, que comenzó en el siglo IX en el mundo árabe, consistió en proporcionar un lugar donde vivir a personas que no eran acogidas en sus comunidades - La segunda, con la revolución francesa, concedió derechos cívicos a las personas afectadas- La tercera supuso a finales del siglo XX la abolición de los manicomios- Y la posible cuarta reforma impulsó la creación de servicios comunitarios en sustitución de las viejas instituciones
Tal vez ha llegado el momento de replantearse una nueva reforma a fondo que le haga frente al sobrediagnóstico y al sobretratamiento.
Quizás las caras menos amables del mercado también se han entrometido en esto de la salud mental, al igual que lo han hecho en otros ámbitos de nuestra vida política y social.
Las soluciones a todas estas cuestiones tendrán que ver con el trabajo conjunto de todos y con una profunda revisión del estado actual de nuestra salud mental.
Claro que hay elementos que se escapan a nuestro control ( mercados donde lo que reina es la falta de escrúpulos y principios éticos básicos, profesionales e instituciones obsoletos cuando no directamente cancerígenos,  injusticias de toda clase, vidas rotas desde el principio sin apoyos a los que asirse en las caídas, sin dinero, sin amor...),  pero, lo que mañana cada uno de nosotros haga o deje de hacer en su trabajo, su comunidad de vecinos o al doblar la esquina, puede suponer la gran diferencia.