Estando aún ingresado pude leer una demagógica y mezquina noticia de un periódico de Murcia en la que el plumilla se escandalizaba de los a su criterio desmesurados sueldos que percibían en la Arrixaca algunos profesionales como éstos, en realidad nada disparatados. Sigue habiendo imbéciles que valoran más un gol que la salud o la vida. O un córner que la educación de sus hijos, llegando a apreciar más un buen pase al hueco que el que un bombero los saque a cuestas del balcón en llamas. Tal vez merecerían que los dejaran allí. Una muestra más de que nuestra sociedad ha perdido el oremus, una sociedad que cree ser mejor que quienes la gobiernan, aunque cada minuto les indica de esta forma tan brillante sus prioridades.
Estando aún ingresado pude leer una demagógica y mezquina noticia de un periódico de Murcia en la que el plumilla se escandalizaba de los a su criterio desmesurados sueldos que percibían en la Arrixaca algunos profesionales como éstos, en realidad nada disparatados. Sigue habiendo imbéciles que valoran más un gol que la salud o la vida. O un córner que la educación de sus hijos, llegando a apreciar más un buen pase al hueco que el que un bombero los saque a cuestas del balcón en llamas. Tal vez merecerían que los dejaran allí. Una muestra más de que nuestra sociedad ha perdido el oremus, una sociedad que cree ser mejor que quienes la gobiernan, aunque cada minuto les indica de esta forma tan brillante sus prioridades.