Los amaneceres y las puestas de sol desde este lugar de la costa son espectaculares. Una acuarela sobre Arches satinado y con colores de Daniel Smith.
En la entrada de la casa, pegada al muro y con el mar al fondo, una maceta con unos cactus en flor. Papel Arches satinado y pigmentos Daniel Smtih.
Ya son tres años seguidos que por las mismas fechas, finales de mayo o principios de junio, pasamos unos días en Denia. Para llegar a Denia, o bien a la vuelta, suele haber paradas en Altea, Benidorm o Calpe, que es difícil pasar de largo. Una casa en la misma orilla del mar, con una terraza donde pasar las horas viendo amanecer o ponerse el sol. Llegar y salir los barcos de Balearia, otros más pequeños de pesca a media tarde, seguir con la vista a los pájaros buceando dando curvas vertiginosas persiguiendo pececillos que mucho abundan por allí. A veces les echamos pan y acuden a docenas bullendo a su alrededor y empujando la sopa de aquí para allá, compitiendo con algún cangrejo que aparece de entre las rocas. Algunos de estos cangrejos son enormes; los peces no suelen tener gran tamaño, al menos los que ser acercan tanto a la orilla. Siempre es una tentación intentar pintar o dibujar la transparencia del agua, las rocas del fondo y las plantas de colores brillantes, como las rocas, rojizas, blancas, ocres, con sombras fuertes a estas horas. También una acuarelilla con un barco de los muchos que pasan por allí, ya al atardecer.