Está demostrado que el rendimiento deportivo está relacionado con una buena agudeza visual.
Es obvio que necesitamos una buena visión para practicar deporte, pues no sólo se trata de ver bien, sino que también influye en nuestros reflejos. Una baja visión nos hace ser lentos en la respuesta, es decir, no reaccionamos a tiempo ¡llegamos tarde!, algo que no se puede permitir un jugador de tenis, ping-pong, basket, futbol, etc…
Todos los deportes exigen tener los cinco sentidos al cien por cien, pero es evidente que la vista juega un papel importante en todos.
Los deportistas de élite entrenan sus ojos para tener un campo de visión lateral lo más amplio posible y capaz de detectar pequeños y rápidos movimientos; y eso influye mucho en su rendimiento.
La mayoría de deportistas que necesitan corrección son usuarios de lentillas blandas, pues éstas les proporcionan una buena visión, total libertad de movimientos y ningún riesgo en caso de caídas o golpes.
Tal es el caso de Djokovic (nº 1 mundial del ranking ATP), Andrés Iniesta (jugador del FCB), Rudy Fernandez (Basket), etc…
Pero en cambio nos encontramos que a nivel amateur, aún perdura la costumbre de quitarse las gafas para hacer deporte ¿o no?La típica frase de la madre al hijo: Para jugar a futbol ¡te quitas las gafas, que las vas a romper!, y claro si el niño le hace caso, no ve. Por lo que será lento en reflejos y no será el crack del equipo; si no le hace caso y se las deja, corre el riesgo de romperlas con la consecuente bronca de la madre y posibles heridas en la cara por el impacto.Con lo fácil que sería que la madre estuviese informada sobre el uso de lentillas en niños y adolescentes, que el hijo fuese consciente de la responsabilidad de limpieza y cuidados que eso conlleva, y que ambos se pusiesen de acuerdo en horas y días de uso. Quizá llegaríamos a tener una población más alta de deportistas de élite.
CooperVision tiene una marca de lentillas tanto desechables como mensuales para niños y adolescentes: MyVision