Síntomas para detectar una depresión:
• Conducta: Ataques de llanto, aislamiento, descuido de las responsabilidades, abandono de su apariencia, pérdida de la motivación, lentitud, torpeza.
• Emociones: Tristeza, ansiedad, culpabilidad, ira, irritabilidad, poca tolerancia a pequeños contratiempos, falta de ilusión e iniciativa, sensación de dejadez, cambios de humor, falta de emociones (embotamiento afectivo), sentimientos de desesperanza.
• Pensamientos: Autocrítica, preocupación, pesimismo, problemas de memoria, falta de concentración, dificultad para la toma de decisiones, confusión, pensamientos referentes a que otras personas le vean mal.
• Síntomas físicos: Sensación de cansancio, falta de energía, dormir mucho o muy poco, comer en exceso o la pérdida del apetito, estreñimiento, pérdida o aumento de peso, ciclo menstrual irregular, pérdida de apetito sexual, dolores sin explicación aparente.
¿Cómo actuar con una persona deprimida?• Para que sea eficaz, el apoyo debe ofrecerse manteniendo una cierta distancia, sin agobiar a la persona, dándole afecto y teniendo comprensión y paciencia. Es inútil dar buenos consejos: “si yo fuera tú...”, “yo haría” o dar órdenes: “levántate en vez de pasarte toda la mañana en la cama”. Esto lo que hará es aumentar sus sentimientos de culpa e impotencia. Recuerde que la depresión es una enfermedad: ¿le pediría a alguien con gripe que dejara de tener fiebre?. Sin embargo, puede tranquilizar a su ser querido diciendo (repitiendo si es necesario) que usted entiende sus dificultades, que no está loco/a, que la depresión es una enfermedad que afecta a muchas personas y que puede mejorar con la ayuda adecuada y el tiempo. • Aunque no lo parezca, la persona que padece depresión es muy sensible a los ofrecimientos de ayuda (compras, limpieza, cocina, manualidades…). Sin embargo, esta ayuda no debe ser demasiado “maternal” o “invasora”. Si la persona se siente infantilizada esto puede reforzar su sentimiento de inutilidad: ”No sirvo para nada”.
• Para animar a su familiar o amigo/a a que hable con usted mantenga una actitud “abierta” y escuche con atención y paciencia (aunque tienda a “darle vueltas” a lo mismo o a permanecer impasible a su intento de aliviar su sufrimiento). Nunca desacredite los sentimientos que su amigo/a o familiar manifieste pero señale las realidades y ofrezca esperanza.
• También es importante que muestre sensibilidad ante los esfuerzos de su familiar y que se lo exprese mediante una palabra, un gesto o una sonrisa. • Un cambio radical de vida, trabajo, residencia o realizar unas vacaciones lejanas no resolverán la depresión, incluso pueden empeorarla. No se separa uno de sus vivencias cambiando el entorno vital; salir de vacaciones cuando se sufre depresión sólo retrasa el comienzo del tratamiento y podría incluso empeorarla por la pérdida de las referencias habituales. • Si hay niños/as o adolescentes que viven con su allegado es mejor explicarles lo que está sucediendo. Éstos/as son capaces de intuir que algo va mal en la familia y como tienen mucha imaginación pueden llegar a creer que está pasando algo más grave de lo que ocurre en realidad o sentirse culpables por ello. La persona deprimida u otro familiar debe encontrar el momento más adecuado hablar con ellos. Déjele claro que se trata de una enfermedad y adaptándose a la edad y a la madurez del niño, explíquele los conceptos fundamentales de la depresión, que requiere un tratamiento específico y que durante el proceso recibirán algo menos de atención. Esto les servirá también para saber qué hacer si alguna vez ellos también se sienten deprimidos y para aprender que en su familia pueden hablar abiertamente de ello. • Cuando su ser querido se encuentre mejor, déjele que retome el hilo de su vida a su ritmo. Puede necesitar un cierto tiempo (por lo general varios meses) antes de que se sienta cómodo de nuevo en su círculo familiar, de amistades o profesional.• Recuérdele a su amigo/a o familiar que con el tiempo y con tratamiento la depresión pasará.
Bibliograía: Guías de autoayuda para la depresión y trastornos de ansiedad. Consejería de salud y bienestar social. Junta de Andalucía.