Investigadores españoles del CSIC han desarrollado un microchip que detecta, separa y extrae las células tumorales de muestras obtenidas del torrente sanguíneo, este dispositivo fabricado en plástico se empleara en la detección de metástasis en sus fases inicial. Este chip de tamaño menor a una moneda tiene un pequeño canal por donde discurre una muestra de sangre, extraída de un paciente, con células tumorales circulantes. Su funcionamiento se basa en aplicar ultrasonidos en una zona de la parte transversal del canal, la fuerza de radiación que ejerce la onda ultrasónica provoca que las células tumorales, que se distinguen del resto por su tamaño y densidad, sean conducidas hasta ese punto, y posteriormente, recolectadas. Es un método completamente no invasivo, ya que no hace falta introducir en la muestra de sangre ningún tipo de elemento externo, algo que sí exigen las tecnologías que normalmente se emplean para detectar células tumorales circulantes en sangre. Otra de las peculiaridades de esta tecnología es que mantiene las propiedades de las células para realizar posteriores estudios o análisis biomoleculares. Además, es posible aumentar la eficiencia en la recolección de las células agrandando el tamaño del canal por donde fluye la sangre, de esta manera, las células se mantienen más tiempo en el interior del dispositivo asegurando así su recolección. El trabajo es el resultado de un proyecto del Plan Nacional y se ha desarrollado en colaboración con el Centro Tecnológico KERLAN del País Vasco, la Fundación Hospital General de la Universidad de Elche, en Alicante, y la Universidad Politécnica de Mondragón, en Guipúzcoa y el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.