Investigadores de la Universidad de Pittsburgh están
desarrollando injertos sintéticos que imitan los propios vasos sanguíneos del
cuerpo para mitigar muchas de las complicaciones de la cirugía de derivación.
La investigación se basa en la biomecánica de tejidos blandos de Pitt, que
diseña materiales de nueva creación que se comportan mecánica y
microestructuralmente de la misma manera que los tejidos nativos del cuerpo. Cada
arteria funcional tiene un revestimiento de una célula llamado endotelio
responsable de reducir la trombosis y controlar el flujo sanguíneo. Este injerto
se endotelizará utilizando células endoteliales derivadas de la sangre. Una
arteria sana normal se organiza con capas alternas de colágeno y elastina, que
proporcionan soporte estructural y elasticidad. El injerto propuesto utiliza
capas alternas de gelatina y tropoelastina como sustitutos. La gelatina se
deriva del colágeno y la tropoelastina es un precursor de la elastina.
Utilizará estos materiales junto con la optimización computacional para diseñar
un injerto con un cumplimiento similar al de una arteria real, eliminando el
desajuste de cumplimiento, un importante mecanismo de rechazo en los injertos
actualmente utilizados.