Investigadores del Hospital Infantil de Boston han desarrollado una manera
de inyectar oxígeno en el torrente sanguíneo, un método que pronto puede ser
una opción para los médicos de cuidados críticos, el personal de Urgencias, e incluso
hasta los paramédicos. Esta investigación publicada en Science
Translational Medicine describe toda la técnica, la cual consiste en
encapsular el gas de oxígeno puro dentro de las estructuras lipídicas autoensambladoras.
La suspensión de espuma resultante contiene entre 50 y 90 ml de oxígeno por
decilitro, y su eficacia fue confirmada por la prolongación de la vida en conejos
y en animales hipoxémicos que tienen la tráquea bloqueada. Cuando las
micropartículas se infundieron por inyección intravenosa en conejos
hipoxémicos, las saturaciones arteriales aumentaron en segundos a niveles casi
normales; a continuación se redujeron las tensiones de oxígeno después de
detener las infusiones. Las partículas también fueron infundidas en conejos
sometidos a 15 minutos de oclusión traqueal completa. Las Micropartículas de
oxígeno disminuyeron significativamente el grado de hipoxemia en estos conejos,
y la incidencia de paro cardíaco y de lesiones de órganos se redujo en
comparación con los controles. La capacidad para administrar oxígeno y otros
gases directamente al torrente sanguíneo puede representar una técnica a corto
plazo para rescatar a los pacientes profundamente hipoxémicos, para aumentar
selectivamente la liberación de oxígeno a los órganos en situación de riesgo, o
de nuevas técnicas de diagnóstico. Además, la capacidad para titular
rápidamente las infusiones de gas puede minimizar la toxicidad relacionada con
el oxígeno.