Investigadores de la Universidad
de Tufts, en Massachusetts, Estados Unidos
fabricaron tornillos con una seda apta para la medicina a partir de
moldes especialmente diseñados. El material resultante se puede cortar con una
máquina en diferentes tamaños. Una vez hechos estos pequeños tornillos, se implantaron
en las extremidades traseras de las ratas. En total hicieron 28 implantes de
tornillos en ratas. Se hicieron exámenes a las cuatro y ocho semanas después
del implante. Ningún tornillo falló durante la implantación. Estos (tornillos
de seda) no interfieren con los rayos X, no disparan las alarmas y no causan
sensibilidad al frío. Otras de las ventajas de este material es que no se ve en
los rayos X, lo que -según el experto- puede ayudar a los cirujanos a ver cómo
va progresando la fractura en el período posoperatorio, sin metales que le
tapen la vista. El siguiente paso para estos investigadores es probar los
dispositivos en animales más grandes, requisito en Estados Unidos para dar el
salto a las pruebas clínicas.