Se ha desarrollado un nuevo medicamento para la dependencia del alcohol que, según los primeros resultados de los ensayos clínicos presentados en el último Congreso Europeo de Psiquiatría celebrado en Praga (República Checa), consigue reducir el consumo diario en un 60 por ciento.
El compuesto está basado en un antagonista opioide y funciona bloqueando los mecanismos del cerebro responsables del efecto de placer que proporciona el alcohol.
En virtud de estos primeros resultados, la farmacéutica ya ha solicitado a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) la licencia de comercialización del fármaco pese a que todavía debe demostrar los efectos a más largo plazo del medicamento.
Actualmente, el tratamiento estándar para la dependencia al alcohol está basado en la terapia psicológica y también hay fármacos disponibles para ayudar a los pacientes que intentan dejar el hábito.
Por ejemplo, hay algunos que ayudan a evitar una recaída en el consumo de alcohol durante los períodos de abstinencia, medicamentos que causan náuseas y malestar cuando se consume alcohol o terapias para aliviar los síntomas de abstinencia, que incluyen ansiedad e insomnio.
Pero, de momento, no existían tratamientos para reducir la ansiedad que sienten los alcohólicos para consumir la bebida y, de hecho, es por eso por lo que estos pacientes experimentan altas tasas de recaída cuando intentan dejar de beber.
Para evaluar la eficacia de este compuesto, se pusieron en marcha tres ensayos clínicos que incluían a un total de 1.997 pacientes de clínicas en Austria, Finlandia, Alemania y Suecia.
Los pacientes debían tomar un comprimido cuando lo necesitaran, es decir, cuando se sintieran en riesgo de consumir alcohol.
Paralelamente, se les ofreció asesoría médica y psicológica para motivarlos y ayudarlos a adherirse a la terapia pero, en ningún momento, se les impuso un objetivo específico de abstinencia.
Durante los seis meses de tratamiento, los resultados mostraron que los participantes lograron reducir su consumo diario en 66 por ciento, comparado con el grupo que tomó placebo.
De este modo, la cantidad de alcohol consumido diariamente se redujo de 84 gramos al día (el equivalente de una botella de vino) a 30 gramos diarios (un vaso grande de vino).
Los participantes que recibieron el tratamiento también lograron reducir el número de días que bebían en exceso (más de 60 gramos de alcohol, en hombres, o 40 gramos en mujeres) de 19 a 7 días al mes en promedio. Además, los beneficios de dicho fármaco lograron mantenerse durante un año.
Las personas que participaron en estos ensayos clínicos tenía un problema real de dependencia al alcohol, según ha reconocido el doctor David Collier de la Universidad Queen Mary en Londres, uno de los investigadores del estudio. Además, según ha explicado la mayoría nunca había pedido ayuda para su adicción y algunos habían fracasado con sus estrategias de abstinencia para dejar de beber.
Basados en la experiencia que tuvimos con estos ensayos, la reducción del consumo de alcohol a niveles seguros puede ser un objetivo realista y práctico para las personas que tienen una dependencia del alcohol, y esto puede traer muchos beneficios a corto y largo plazo para su salud, ha señalado el investigador.