Científicos del ETH Zurich han desarrollado un método que les
permite determinar qué moléculas son adecuadas para la inmunización específica
del paciente. Las células que pertenecen al propio sistema inmunológico del
cuerpo pueden ayudar a combatir los tumores. Lo que hay en mente es una vacuna
que haría que las células T que repelen el cáncer se multipliquen en el cuerpo,
fortaleciendo así las defensas inmunitarias del cuerpo. Las vacunas potenciales
planteadas incluyen piezas de proteínas, conocidas como péptidos, que se
encuentran solo en los tumores debido a una mutación. Debido a que las células
T son específicas y siempre reconocen solo un péptido en particular, como una
clave que se ajusta a un solo bloqueo, otro requisito previo para una vacuna de
este tipo es que el paciente tenga células T capaces de reconocer estos
péptidos cancerosos en primer lugar. Entonces, antes de que los médicos puedan
inmunizar a un paciente con cáncer, se deben realizar pruebas de laboratorio
para buscar los pares correspondientes de células T y péptidos. Un péptido que
es reconocido por una célula T puede usarse para la inmunización personalizada.
La vacuna debe activar las células T en el cuerpo que reconocen solo ese
péptido. Estas células T deberían acabar con el tumor. Las células informadoras
están diseñadas para volverse verdes tan pronto como una célula T interactúa
con ellas debido al reconocimiento del péptido presentado. Esto permite a los
científicos identificar aquellos péptidos tumorales que las células T de un
paciente con cáncer reconocen. Esto implica mezclar la colección de células
informadoras con células T tomadas del tumor del paciente, aislar las células
informadoras que se vuelven verdes e identificar el péptido que portan. Las
pruebas iniciales que incluyeron un modelo de cáncer de mama en ratones mostraron
que el método funciona. En ratones inmunizados, el sistema inmunológico atacó
el tumor; en los ratones no inmunizados esto no sucedió. Esta técnica e
inmunización personalizada son prometedoras para el tratamiento de todos los
cánceres, especialmente en combinación con inhibidores del punto de control y
la tecnología también podría usarse en la investigación y el tratamiento de
enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple o Diabetes tipo 1.