También está más que demostrado que las personas que no desayunan o que desayunan mal son los que peores hábitos de vida llevan, los fumadores, más sedentarios, más comen entre horas, comen menos pescado y consumen más grasas.
El desayuno constituye el momento donde hay que proporcionarle al organismo el combustible necesario para poder empezar a llevar a cabo nuestra actividad cotidiana y si no se ha desayunado el organismo pone en marcha el uso de otras reservas energéticas que lo que hacen es liberar ácidos grasos depositados en el hígado y en el músculo que son muy dañinos para las arterias por lo que se puede triplicar la aparición de enfermedades como la diabetes o el infarto.
El desayuno ideal debe contener los aportes nutricionales necesarios para el organismo tales como: - Proteínas e hidratos de carbono de absorción rápida (pan, tostadas, cereales o galletas integrales) - Lácteos: leche, café con leche o yogurt - Frutos secos y frutas (zumos o fruta fresca). - Fibra (pan integral, cereales y fruta)
Por tanto, debemos recomendar la necesidad de desayunar correctamente cada día ya que el desayuno es una de las principales comidas del día, pues se realiza después de estar toda la noche sin suministrar nutrientes al organismo y, por tanto, estará más preparado para recibir la mayor cantidad de nutrientes. Este hábito hay que cuidarlo sobre todo en los niños para que desde pequeños estén acostumbrados a ello.