Para llegar a ella, a la tan deseada felicidad no se llega con dinero como muchos creen, sólo hay que dejarse llevar por las cosas buenas de la vida, que ofrece generosamente y no cuestan dinero, disfrutarlas y sentirlas, buscar la paz, estar bien con uno mismo, compartir con los demás tu sensación de bien estar. El respeto nos ayuda a estar bien con otros seres, aunque estos esten perdidos en su propio universo.Los monjes budistas, saben muy bien que el silencio es el hilo conductor al alma, es la comunión con los elementos, la luz, la tierra, el cielo, la naturaleza y el ser, todos en perfecta armonía, se sienten y se escuchan en silencio, lejos del ruido y la distracción.
El poder está en la mente, hasta el grado de sufrimiento o de alegría, la experiencia y la inocencia nos ayudan a entender la vida, a desconectar de ella y escoger lo verdaderamente importante, un perfecto orden de prioridades, donde la felicidad debe ser la meta!!