La Técnica Alexander puede ser definida como una serie de conceptos de re-educación psicofísica que pretenden hacernos tomar consciencia del uso que hacemos de nuestro propio cuerpo. A través de sesiones individuales, los estudiantes de la Técnica Alexander son guiados por un instructor que los va llevando, de forma paulatina, a descubrir las capacidades ocultas de su cuerpo. Es una técnica especialmente pensada para los que desean deshacerse de todo tipo de tensiones innecesarias y empezar a ejercer un “buen uso” de sí mismos.
La Técnica Alexander fue creada por el actor F.M. Alexander (1869-1955), quien la desarrollara para hacer frente a una serie de problemas encontrados en el ejercicio de su profesión de actor profesional a principios del siglo XX. La Técnica Alexander se basa en el cuestionamiento de los hábitos aprendidos durante toda la vida para empezar a adoptar conductas más eficaces para todo nuestro organismo de manera global.
Los pilares sobre los que se funda la Técnica Alexander son una Autopercepción más afinada (para notar cambios muy sutiles en nuestro propio cuerpo), la posibilidad de Inhibir lo que nos está haciendo daño (patrones de respuesta que nos generan tensión o dolor) y la capacidad para empezar a Dirigir nuestra atención de manera consciente hacia aquello que queremos conseguir. Si bien puede parecer que la Técnica Alexander está centrada en la parte física, este sistema de reeducación psico-física también tiene un enorme impacto sobre nuestros hábitos mentales y emocionales. La mayoría de la gente que se acerca a la Técnica Alexander lo hace a partir de tres motivos diferentes: por un problema de salud, para eliminar una limitación técnica que impide el progreso (caso de artistas o deportistas), y por razones de auto-conocimiento. Cualquiera de estos abordajes es igualmente válido y ofrece excelentes resultados si estamos bien predispuestos.