VALERIA ATZIYADE RAMIREZ CRUZ
El hallazgo se centra en la molécula KIBRA, descrita como el "pegamento" que asegura la unión de la enzima PKMζ a las sinapsis, fundamentales para el almacenamiento de la memoria. Este descubrimiento proporciona una explicación sobre cómo el cerebro es capaz de mantener recuerdos intactos a pesar de la constante renovación de sus componentes moleculares, un proceso natural que ocurre cada pocos días.
La molécula que preserva los recuerdos
Los experimentos, realizados en rodajas de hipocampo de ratones y con el uso de avanzadas técnicas de microscopía confocal, han confirmado que la interacción entre estas dos moléculas es crucial para mantener la fuerza de las conexiones sinápticas relacionadas con la memoria. Cuando esta interacción se bloqueó con el fármaco ζ-stat, las sinapsis previamente reforzadas durante el aprendizaje perdieron su fortaleza, afectando directamente la capacidad de retener información a largo plazo.
Implicaciones para los trastornos de la memoria
El estudio también evidenció que, aunque PKMζ y KIBRA son esenciales para la memoria a largo plazo, no todos los recuerdos dependen de este mecanismo molecular, lo que sugiere la existencia de sistemas alternativos que podrían ser explorados en futuras investigaciones.
Como explican sus autores a PsyPost, la interacción KIBRA-PKMζ ha sido comparada con la paradoja del barco de Teseo: aunque los componentes moleculares se renuevan constantemente, el complejo persiste, asegurando que las sinapsis activadas sigan siendo funcionales para almacenar información. Este avance representa un paso significativo hacia la comprensión de cómo los recuerdos moldean nuestra experiencia y cómo podrían ser utilizados en beneficio de la medicina y la salud mental.