Un equipo de investigadores de la Academia China de Ciencias ha descubierto evidencia convincente de un vínculo genético entre el trastorno bipolar tipo I (TB-I) y la epilepsia, lo que potencialmente transforma nuestra comprensión de estas complejas condiciones neuropsiquiátricas.
El estudio, utilizó datos de asociación de todo el genoma (GWAS) de poblaciones europeas, que abarcaron más de 26.000 casos de epilepsia y 25.000 casos de TB-I, junto con sus respectivos controles. Los investigadores emplearon métodos estadísticos avanzados para descubrir las bases genéticas compartidas por estas afecciones neurológicas aparentemente distintas.
Las principales conclusiones del estudio incluyen:
Una correlación genética positiva significativa (rg = 0,154) entre el TB-I y la epilepsia
Identificación de aproximadamente 1.300 variantes genéticas que influyen en ambas afecciones
Descubrimiento de seis loci genómicos independientes significativamente vinculados con el trastorno bipolar I y la epilepsia
Un efecto causal notable de la epilepsia en el trastorno bipolar I (P = 0,0079)
Estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre la conexión entre la epilepsia y el trastorno bipolar, que coincide con la observación clínica de que los estabilizadores del estado de ánimo son eficaces para tratar ambas enfermedades.
Uno de los descubrimientos más intrigantes es el papel del gen SP4, que mostró fuertes asociaciones tanto con el trastorno bipolar como con la epilepsia. La proteína SP4, modulada por la actividad neuronal, se ha vinculado al manejo de los trastornos del estado de ánimo a través de su estabilización con litio, un estabilizador del estado de ánimo común. Esta conexión plantea una pregunta importante: ¿podría el gen SP4 ser un objetivo clave para desarrollar tratamientos más efectivos tanto para el trastorno bipolar como para la epilepsia?
Las implicaciones del estudio se extienden más allá de estas dos condiciones. Al demostrar bases genéticas compartidas, sugiere que otros trastornos neuropsiquiátricos podrían tener más en común de lo que se creía anteriormente. Esto conduce a una pregunta intrigante: ¿cómo podría esta superposición genética informar nuestra comprensión de otros trastornos cerebrales, como la esquizofrenia o los trastornos del espectro autista?
El estudio también arroja luz sobre la compleja relación entre la regulación del estado de ánimo y la actividad convulsiva en el cerebro. Dados los factores genéticos compartidos, los investigadores se preguntan ahora: ¿Qué mecanismos neurobiológicos específicos vinculan la inestabilidad del estado de ánimo en el trastorno bipolar con las alteraciones eléctricas observadas en la epilepsia?
Si bien los hallazgos son innovadores, los investigadores reconocen limitaciones, incluido el enfoque en las poblaciones europeas y la dependencia de datos públicos sin información específica sobre el sexo. Esto abre caminos para futuras investigaciones: ¿cómo se manifiestan estas asociaciones genéticas en diferentes grupos étnicos y existen factores genéticos específicos del sexo en juego en el desarrollo del TB-I y la epilepsia?
El estudio, "Repensar la conexión entre el trastorno bipolar y la epilepsia desde perspectivas genéticas", publicado hoy en la revista Genomic Psychiatry, revela variantes genéticas compartidas y una relación causal entre los dos trastornos, abriendo nuevas vías para la investigación y el tratamiento.