El pacífico Josep Pámies, agricultor leridano, es un “peligroso anarquista” que combate a brazo partido con delicadas semillas y brotes de Stevia Rebaudiana. Be careful!: las grandes industrias ya han oído hablar de su Dulce Revolución.
La Stevia Rebaudiana es una planta poco conocida que ha inspirado el nombre de su asociación “porsu sano dulzor y por sus propiedades medicinales, ocultas por intereses económicos vergonzosos”. Es un modo de llamar la atención pública, de conseguir que todas las personas puedan disfrutar de las terapias naturales sin más intermediarios que tierra, luz y agua. En la entrevista que Josep Pámies realizó para la revista Athanor (www.Athanor.es) no tuvo reparos en admitir su abierta lucha contra la administración, representada con la stevia, “el mejor sustituto del azúcar (…) tan nocivo por la manipulación a la que somete la industria (…) Puedo dar o vender la planta con maceta, pero me prohíben vender las hojas e indicar sus propiedades en una etiqueta. Yo no les hago caso: vendo las hojas y las etiqueto.”
Miles de diabéticos ya conocen las propiedades de esta planta sin los efectos secundarios de edulcorantes químicos como el aspartame. Pero hay muchos más vegetales, miles y de contrastada eficacia, esperando su oportunidad para demostrar cómo sus componentes activos son menos peligrosos que sus equivalentes farmacéuticos. Algunos países como Alemania han ido introduciendo, poco a poco, esas terapias “alternativas”… pero el poder de la industria farmaceutica es demasiado grande. No es casualidad que Josep Pámies coincida con el ganador del premio nobel de medicina Richard J. Roberts, un valiente estadounidense que no se muerde la lengua: “Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo “. “En nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales”. “(…) las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación (…) es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento”, Todas estas perlas y muchas más están disponibles AQUÍ.
El peligroso Josep Pamiés, de momento, ya ha conseguido llevar al parlamento la propuesta para que Cataluña sea un territorio libre de transgénicos pero sigue dando pacífica guerra. Un mundo mejor espera a la vuelta de la esquina, labrado a simples golpes de azadón.
No dejéis de visitar su blog: http://joseppamies.wordpress.com/
¡Nos apuntamos a la desobediencia vegetal!