Poco a poco la sociedad va despertando. Los intentos progresivos de desmontar el sistema educativo público (primando el concertado y el privado), el sistema sanitario (privatizando la gestión de hospitales y centros de salud), el sistema judicial (con nuevas tasas), los servicios sociales (disminuyendo ayudas y prestaciones) y un largo etcétera, nos van indicando que no estamos en las mejores manos. Que la gestión de "lo público", del esfuerzo que con nuestros impuestos directos e indirectos hacemos para crear esta sociedad, no recae en los mejores.
El problema de gobernanza está servido cuando los políticos de turno priman el beneficio de coorporaciones empresariales privadas antes que el bien común, antes que el bien de los ciudadanos de a pié.
Conseguirán romper la baraja. Si siguen así lo harán. Y no habrá mas remedio que hacer una revolución a la Islandesa, donde surjan fuerzas representativas nuevas y donde se pase por los tribunales a todo político que no haya sido fiel a sus obligaciones.
De momento parece que van quedando desemascarados cada vez más claramente. Dentro de poco estaremos maduros para dejar de tolerarlos.