Eric Clapton : Cocaine (live)
El alcoholismo, la adicción a drogas y las enfermedades mentales afectan en un porcentaje mayor a otras especialidades. La droga de elección entre los anestesiólogos son los opioides.
Existe una considerable asociación entre la dependencia química a drogas y las enfermedades mentales. Por lo cual si la enfermedad mental concomitante no es tratada, es poco probable que el tratamiento por adicción a drogas sea exitoso.
Los pacientes tratados por abuso de sustancias deben tener una evaluación periódica de sus condiciones psíquicas. Los grupos de autoayuda son considerados un componente vital de la terapia y su regular monitoreo es esencial, si el deseo del anestesiólogo es intentar su reinserción en la práctica anestesiológica.
La adicción a opiáceos sigue siendo el principal problema dentro de los anestesiólogos.
En 2005 las drogas de elección dentro de los opioides fueron el fentanilo y sufentanilo. Otros agentes como el propofol, ketamina, tiopental sódico, lidocaína, óxido nitroso, y otros potentes anestésicos volátiles son menos usados, aunque se ha documentado abuso potencial a los mismos.
Dentro de los factores que explican la alta incidencia del abuso de drogas entre los anestesiólogos se incluyen:
- La proximidad a grandes cantidades de drogas altamente adictivas.
- El sencillo desvío de pequeñas cantidades de estas drogas para su uso personal.
- El ambiente de trabajo de alto estrés.
- La exposición en el lugar de trabajo que sensibiliza vías facilitadoras en el cerebro (teoría).
Es necesario que todo el personal de anestesia conozca la naturaleza básica del problema y posea la información necesaria para poder reconocer y asistir al colega en riesgo.
Los residentes de anestesia en tratamiento por abuso representan el 33,7% de todos los residentes tratados, evidencia de alta prevalencia en la población estudiada. Este mismo estudio después de 5 años también mostró una alta incidencia de abuso a drogas entre los residentes de emergentología y psiquiatría.
En 2000 Alexander y col. publicaron un estudio en el que examinó el riesgo de muerte relacionado con el consumo de drogas entre los anestesiólogos y concluyó que el riesgo es mayor en los primeros 5 años de obtenida la especialidad.
Etiología
En 1956 la Asociación Médica Americana declaró el alcoholismo como enfermedad y en 1987 también incluyó la dependencia a todas las drogas como enfermedad. Existen varias teorías en relación a la dependencia química y ellas son:
La teoría genética y bioquímica.
La teoría de condiciones psiquiátricas concomitantes.
La teoría relacionada a la exposición.
Ninguna de ellas por sí sola ha sido capaz de identificar causas especificas, sólo sugieren que pueden incrementar el riesgo de desarrollar la adicción entre el personal de anestesia.
Teoría Genética y Bioquímica
Un estudio realizado en ratones sugiere una base genética para la adicción. También fue observada “tolerancia y sensibilización” ante la administración crónica de nicotina, sugiriendo la posibilidad que pacientes susceptibles genéticamente pueden desarrollar este comportamiento ante la administración de pequeñas dosis en forma continua. Existen evidencias de que el abuso de drogas activa estructuras facilitadoras en el cerebro que induce a cambios en la conducta del individuo y se manifiestan en cambios fisiológicos y bioquímicos.
Aunque la mayoría de los pacientes que experimentan con psicofármacos no desarrollan dependencia, hay quienes sí. Estos pacientes muestran características concomitantes y preexistentes tales como comportamiento antisocial. Parece que existe una base genética para ambos, para la susceptibilidad a la dependencia y para estos cambios de conducta concomitantes.
La liberación de dopamina en el sistema límbico cerebral está involucrada con los comportamientos asociados con el abuso de diversas drogas, incluida la nicotina.
Existen evidencias empíricas de los desordenes afectivos que prevalecen a través de generaciones de muchas familias, y esto le daría sentido a las teorías que apoyan el componente genético asociado.
Cuánto representa este componente en el desarrollo de la enfermedad aún no se conoce, debido a que existen otros factores relacionados con el entorno y factores sociales que también contribuyen en su desarrollo.
Condiciones Psiquiatricas Concomitantes:
Existe una considerable asociación entre dependencia química y enfermedad mental. En 1991 se realizó una revisión que arrojó el dato de que 57 de cada 100 pacientes con adicción a drogas, presentaban también desordenes de personalidad.
Un 5.9% de pacientes hospitalizados por abuso de alcohol/drogas tenían diagnóstico psiquiátrico previo. Esto sugiere que una fuente de motivación para la autoadministración de drogas es el consumo, de las mismas, para el tratamiento de los síntomas asociados a sus desórdenes psiquiátricos concomitantes. A esta teoría le daría crédito la autoadministración de opiodes para tratar la ansiedad y depresión; anfetaminas para tratar el déficit de atención y estados de hiperactividad.
A los pacientes que estén en tratamiento o que sean sospechados de abuso de sustancias se les deben evaluar sus condiciones psicológicas por personal calificado.
Teoría relacionada a la exposición:
El estrés crónico y el fácil acceso a sustancias juegan su rol en el desarrollo de adicciones. Gold y col. presentaron la hipótesis de que el riesgo de adicción está relacionado al lugar de trabajo, es decir, quirófano. La exposición sensibiliza mecanismos facilitadores en el cerebro, lo cual induciría al uso de drogas.
Es conocido que en los cerebros adictos hay cambios relativos de los niveles de neurotransmisores como gama ácido amino butírico, dopamina y serotonina y esto es lo que está relacionado con las vías facilitadoras y los desórdenes de comportamiento.
Manifestaciones Clínicas:
La negación es el mayor obstáculo para el tratamiento de los médicos adictos. El adicto no reconoce el problema, por lo cual rara vez busca ayuda espontáneamente.
Los mecanismos de negación que el adicto implementa, están relacionados a su nivel intelectual. Desarrollan ideas de grandiosidad, invulnerabilidad, autosuficiencia, y no son capaces de aceptar que el abuso los conduce a la adicción y que la adicción lo lleva a la pérdida de autonomía.
La adicción no se limita al adicto sino también a sus colegas, compañeros de trabajo, amigos, familiares, debido a la dificultad de éstos a enfrentar la situación. Es difícil aceptar esta problemática en un colega, pero la negación y la falla en iniciar una investigación refuerza la negación del adicto.
Patrones de Comportamiento:
Debido a que el paciente tiene el acceso a la droga de elección durante el desarrollo de su actividad en quirófano, es probable que el comportamiento en otros ámbitos pueda ser bastante funcional y no se sospeche acerca de su adicción.
El adicto anestesiólogo es extraordinariamente colaborador en su lugar de trabajo, con el objetivo de permanecer, mientras pueda, en la proximidad de su fuente de droga, el quirófano.
Los cambios de comportamiento se manifiestan con períodos de irritabilidad, ira, euforia y depresión.
El paciente que padece este tipo de desórdenes es el último en reconocer que el problema existe. Por lo cual es imperativo que aquellas personas que estén más próximas al paciente, tengan el conocimiento necesario de los síntomas y signos de la adicción y para poder asistir al individuo que está sospechado o en riesgo.
Una temprana identificación del caso puede prevenir un daño mayor para el colega y para el paciente que tenga a su cuidado. En general no es tarea sencilla por la compartimentalización que el paciente hace con los miembros de su entorno social.
Los cambios de comportamiento más típicos son:
- Alejamiento de la familia, amigos y actividades recreativas.
- Cambios de humor, alternando períodos de depresión y de euforia.
- Episodios de ira, irritabilidad y hostilidad.
- Pasan más tiempo en el hospital, aún cuando no están de guardia.
- Se ofrecen para estar de turno "al llamado" o retén.
- No toman los tiempos para almorzar o desayunar, permaneciendo en el quirófano.
- Frecuentes idas al baño.
- Mayor consumo de narcóticos, inadecuado en relación a la cantidad de pacientes asignados y tipo de cirugías a realizar.
- Pérdida de peso y piel pálida.
El período de tiempo que tardan estas manifestaciones en hacerse evidentes, depende de la droga en cuestión. Por ejemplo, el alcohólico tarda años en hacerse aparente, en cambio los adictos a opioides de corta duración de acción como el fentanilo y especialmente el sufentanilo, se manifiestan en pocos meses.
Es tan fuerte la adicción, en relación a la necesidad de consumir droga, que personas inteligentes, habitualmente razonables, implementan conductas increíbles para poder obtener la droga. La seguridad de los dispensers es violada y extraen resto de droga de ampollas descartadas, y también buscan restos en jeringas ya utilizadas. Otra conducta frecuente es la de reemplazar el contenido de una ampolla por solución salina o lidocaína.
El desarrollo de tolerancia a la droga tiene que ver con la vida media de la misma, y puede ser rápido. No es poco común para el adicto en recuperación recurra a la autoadministración de grandes dosis de fentanilo, en el orden de los 1000 microgramos para aliviar los síntomas de abstinencia, por ejemplo. Es particularmente llamativo que los días viernes soliciten cantidades importantes de opioides para su "provisión" de fin de semana.
Asuntos Legales:
Ante una situación de abuso es recomendable consultar con un abogado especialista en el tema, debido a que no sólo se halla involucrado el profesional en cuestión, sino también queda implicada la institución en la cual se halla reportado el caso.
La falta de reporte puede ser considerada negligencia y en cuanto a la matricula del colega, puede ser suspendida o revocada para la práctica médica. Una alternativa es mantener la matrícula a aquellos que hayan cumplido con programas de rehabilitación y se les autorice retornar a la práctica médica.
Confidencialidad:
Una vez que el paciente entra en tratamiento comparte sus experiencia de adicción y abuso de sustancias en grupos de autoayuda, con colegas que han tenido experiencias similares y el psicoterapeuta que los guía. Estos grupos son anónimos tales como Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos.
Es fundamental la confidencialidad que exista en el tratamiento de estos pacientes debido al riesgo personal y profesional de estigmatización.
Continúa en el siguiente post.