Agentes de la UDEF (Unidad de la Policía Nacional española adscrita a la Fiscalía Especial para la represión de los Delitos Económicos relacionados con la Corrupción) han desarrollado una operación contra clínicas dentales de la franquicia Vitaldent en varios puntos de Madrid. Os cuento lo que sé del caso pues un dentista me informó sobre ello en 2011 y denunció ante la Justicia.
Ernesto Colman, presidente de Vitaldent.
La operación está coordinada por la Fiscalía contra la Corrrupción y el Crimen Organizado y dirigida por un Juzgado de Majadahonda por los presuntos delitos de blanqueo y contra la Hacienda Pública, entre otros.
Está previsto que se lleven a cabo varias detenciones, incluida la del dueño de la empresa Ernesto Colman, afincado en España desde finales de los ochenta y fundador de la exitosa firma, así como las de su núcleo duro de colaboradores.
Colman estaba en el punto de mira de los investigadores desde hace varios años tras recibirse varias denuncias. Vitaldent cuenta con más de 400 clínicas dentales y factura unos 500 millones de euros.
Su presidente ha aparecido en numerosas ocasiones en la lista de las fortunas de España.
Las posibles irregularidades de Vitaldent eran vox populi, algo conocido, un secreto a voces que en la profesión odontológica “todo el mundo” conoce. Yo me enteré a finales de mayo de 2011. Recibí un correo firmado por un dentista de Pamplona, Manuel Peleato:
Esta carta se publica en las dos principales revistas del sector dental de Junio. Las franquicias, en especial una de ellas, engaña sistemáticamente a los pacientes. Si quieres hacer algo de periodismo de investigación, es bastante fácil, llámame”.
Y me puse manos a la obra. La carta, en resumen, indicaba:
He decidido emprender una campaña a favor de la honestidad y de la dignidad de nuestra (tuya y mía) profesión: dentista. Sabrás perfectamente que, de un tiempo a esta parte, han surgido determinadas fórmulas de negocio, basadas en el engaño, que cada vez me repugnan más, y es una herencia que no quiero dejar. No al menos con mi silencio.
Aquellos que utilicen el fraude como sistema habitual de trabajo, deben saber que hace mucho daño a todos, y que al menos yo, no estoy dispuesto a consentirlo. No quiero vender hipotecas ni tratamientos basura.
He presentado una denuncia en la fiscalía de Pamplona con todas las barbaridades de las que he tenido conocimiento (algunas me las tendré que tragar, por indemostrables, claro) de una franquicia dental. No es mi intención dirigirme contra ningún centro específico, ni tampoco contra ningún profesional sino que voy directo al epicentro: quiero demostrar que las consignas emanan desde la propia central de inteligencia del negocio.
Denunciarles desde el Colegio no sirve, lo digo por experiencia. Verás lo fácil que es ganar un juicio, a poco que lo documentes (y te lo digo también por experiencia”.
Y pedía colaboración a sus compañeros de profesión. Quería:
el testimonio de dentistas, número de registro, las fechas de primera visita y su relato de los hechos, con tu aportación de aquello que tengas razonable certeza de trabajos de calidad más que deficiente o tácticas comerciales engañosas en el ámbito sanitario.
O bien un escrito en el que manifiestes una situación continuada y habitual de alguna clínica en este sentido, gerentes o personal auxiliar que hayan abandonado el trabajo por cualquier causa (muchos asustados de lo que estaban haciendo) y deseen reparar en parte el daño causado. Son muchos”.
Este profesional concluía:
Gracias. Me voy a meter (ya me he metido) en un buen lío, lo sé. Y necesito tu ayuda. Gracias otra vez”.
Le llamé para conocer datos concretos pues su denuncia me parecía algo vaga, echaba de menos pruebas concretas. Me contó que muchas franquicias, especialmente una, utilizan recursos que, en su conjunto, “equivalen a una gran estafa y dado que es ‘marca de la casa’, les he denunciado”.
Él tenía indicios de algo muy gordo y así le hizo ver a la Justicia para que ella investigase. Acusó a la firma dental de inventar patologías y exagerar diagnósticos con fines comerciales, “donde no había una caries se encontraba y donde no se necesitaba un empaste se recomendaba”.
La empresa, siempre según Peleato, usa técnicas muy malas y no suelen atender las reclamaciones de sus pacientes. Todo para conseguir ahorro de costes. Existe una presunta mala praxis sistemática.
“Vitaldent ha creado escuela, es un sistema comercial que no puedo documentar hasta qué punto está planificado pero el modo de actuación se repite en prácticamente todas las franquicias lo que da a enteder que se reciben instrucciones de arriba para todos. Es tan comercial que a los clientes les atienden comerciales de la casa, no dentistas -declaraba-”.
También me contó se usa el marketing del miedo, asustar a los pacientes para que acepten tratamientos. Me dijo que en internet había montones de pacientes quejándose de todo esto. Las técnicas varían bastante en las distintas franquicias y tampoco son todas, “yo diría que afecta a la mayoría, pero repito, no a todas -comentaba-”.
Él buscaba un “respaldo masivo de la profesión” y consideraba que, si no se producía, tendría que retirarse pero señalaba con el dedo acusador a la cúpula de Vitaldent como presuntos “estafadores”.
Los comentarios en la red hay que tomárselos con prudencia pero en foros sobre Vitaldent la marca no sale nada bien parada y tanto clientes como incluso personal que afirma haber trabajado en alguna franquicia de la casa, ofrecen testimonios similares a los del dentista que nos ocupa.
Eso con una sencilla búsqueda por las palabras “Vitaldent” y “foro”, si a ellas le añadimos “estafa” el resultado se multiplica y queda claro el malestar ciudadano. Algunos testimonios particulares de clientes de Vitaldent son espeluznantes, como este de P.R.B., paciente conocida de mi informante.
¿Qué ocurrió con el dentista denunciante? Pasó un año. Volví a escribirle. El caso
se ha diluído, me ha sido imposible conseguir apoyos firmes, nadie ha pasado de las palmaditas en la espalda. Sin embargo, he conseguido romper el miedo y la gente habla ya sin tapujos y Vitaldent ha reducido un poco su nivel de agresividad y extorsión al paciente.
Por mi escrito, en varios jucios contra Vitaldent, me han recusado como perito, aunque sigo peritando para otros dentistas y franquicias, pero la contrapartida es que, inevitablemente el juez al que le toca la causa se lee ese documento y se entera un poco de la calaña de gente que son”.
Pero todo apunta a que lo más gordo no es el asunto mercantil sino el sanitario y la Justicia debería investigarlo. No lo tiene difícil pues Peleato hoy se ratifica en todo lo que me contó.
En el Bufete Almodóvar & Jara estamos investigando determinadas prácticas odontológicas, sobre todo las relacionadas con el uso de metales pesados en implantes dentales.