Tradicionalmente, la infertilidad masculina se consideraba como una enfermedad puntual, localizada en varias partes del aparato reproductor o en las glándulas endocrinas que producen las hormonas necesarias para su funcionamiento. Nuevas observaciones científicas desafían esta visión corta y demuestran que, en la mayoría de los casos, la infertilidad está asociada con otras enfermedades causadas por los mismos factores
Tradicionalmente, la infertilidad masculina se consideraba una enfermedad puntual, localizada en diferentes partes del aparato reproductor o en las glándulas endocrinas, que producen las hormonas necesarias para su funcionamiento. Nuevas observaciones científicas desafían esta visión corta y demuestran que, en la mayoría de los casos, la infertilidad está asociada con otras enfermedades causadas por los mismos factores.
Según un estudio publicado por el doctor Jan Tesarik, científico granadino y director de la clínica MARGen de Granada, la mayoría de efectos nocivos causados por diferentes factores confluyen hacía el estrés oxidativo, que produce daños tanto en el ADN como en otros componentes de los espermatozoides, importantes para la fecundación y el inicio del desarrollo embrionario. “Pero el mismo estrés oxidativo no solo afecta los espermatozoides sino también una variedad de tejidos y órganos del cuerpo cuya disfunción puede causar enfermedades peligrosas para la salud general e, incluso, la vida del paciente”, comenta el doctor Tesarik.
De hecho, la calidad de esperma puede servir como “vitrina” que expone anomalías sistémicas ocultas, con un impacto sobre la salud y la función de múltiples sistemas del organismo. Así, algunas anomalías del semen no solo sugieren problemas ya presentes en otros sistemas del organismo, también predicen el riesgo de futura aparición de diferentes enfermedades graves, incluyendo accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, patologías endócrinas y cáncer. En su conjunto, estos riesgos provocan un aumento significativo de la morbididad y mortalidad de hombres infértiles en comparación con los fértiles.
Las causas pueden estar relacionadas con anomalías genéticas, infecciones, problemas psicológicos, factores dietéticos y exposiciones a sustancias tóxicas, por nombrar solo las más importantes. Las causas genéticas incluyen anomalías cromosómicas y deleciones o mutaciones de varios genes. En cuanto a las infecciones, pueden ser infecciones locales, limitadas al sistema reproductor masculino, o sistémicas, afectando a todo el organismo. En algunos, casos el deterioro del esperma puede ser una pista para detectar una infección latente. La infertilidad masculina también puede alertar sobre problemas psicológicos, desequilibrios dietéticos y exposiciones conscientes e inconscientes a sustancias tóxicas. Un ejemplo típico de exposiciones conscientes es tabaquismo y consumo excesivo de alcohol y drogas. Sin embargo, el diagnóstico de infertilidad masculina puede llevar al descubrimiento de exposiciones inconscientes. Las sustancias tóxicas pueden provenir del ambiente laboral del paciente pero también de contaminantes contenidos en materiales de embalaje de alimentos o en productos de uso externo, como champús o productos cosméticos.
Dado que la infertilidad masculina está asociada con varias patologías serias, algunas que amenazan la vida, y en general con una mortalidad elevada, se recomienda realizar un chequeo generalizado que permita determinar las causas y definir las medidas preventivas y terapéuticas adecuadas. El diagnóstico de infertilidad masculina tiene implicaciones que van más allá de procrear. En este caso, el problema se puede resolver utilizando diferentes técnicas de reproducción asistida. Mediante esas técnicas los pacientes pueden ser padres, pero el problema subyacente persiste. Según el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza Tesarik, directores de la clínica MARGen de Granada, “el manejo de la infertilidad masculina tiene una significación más importante que la meta inmediata relacionada con la paternidad. La infertilidad masculina sin una causa evidente es una advertencia de la presencia de riesgos para la salud general”.
Fuente Comunicae