La vuelta a Santiago fue dura porque Valparaíso nos había enamorado pero la sonrisa de Dieguito y los abrazos de Ale nos permitieron volver a conectar con la capital, después de almorzar y volver a preparar la maleta, pusimos rumbo a la carpita de Reciclacirco, donde teníamos la primera parte del seminario con los alumnos egresados de la ECC de Santiago.
El sitio era totalmente opuesto a un auditorio pero funcionó. Una primera parte de presentación de lecturas y propuestas en un jardín, y una segunda parte con la metodología integrada en la carpa del circo, nos permitió comprobar que también íbamos a conectar con ese grupo, y volvimos a casa con la satisfacción del trabajo bien hecho.