Día de Compras

Publicado el 30 junio 2012 por Dolega @blogdedolega

Estoy empezando a pensar que alguien, no sé si los empresarios ó los políticos, han esparcido esencias extrañas en el ambiente para que la gente consuma sin parar y los de mi casa se lo han esnifado todo sin dejar nada para nadie.

Eso ó que sencillamente con tal de llevarme a mí la contraria son capaces de hacer cualquier cosa.

El día se presenta movidito ya que los niños se van la semana que viene de vacaciones.

Eso supone que necesitaremos hacer preparativos como si fuéramos a realizar la expedición del descubrimiento de un nuevo continente. El Niño dice que todavía le faltan “detalles” a pesar de que se ha comprado un ajuar digno de una novia india. Pienso que como no sean los preservativos, no sé que más puede necesitar.

La niña ha proclamado que no tiene “nada, pero nada” que ponerse y me ha suplicado que la acompañe hoy a hacer unas “pequeñas compras”. Me temo lo peor.

El consorte va por la casa dándome directrices de las cosas que son convenientes que lleven los chicos. En vez de decírselo a ellos, que dentro de poco peinarán canas, me lo dice a mí que no voy a ningún sitio.

Me ducho, me arreglo y me pongo doble capa de crema de paciencia concentrada con vitaminas de cariño y efecto humor.

Me pongo en la cocina a planear la comida del día. Bacalao al pil pil.

Lo compré ayer en Mercadona que estaba de oferta y no tenía mala pinta.

Ah y algo para el Niño que curra esta noche. Por cierto no he bajado a las mazmorras a ver si ha vuelto de la barbacoa de ayer en El Escorial.

De repente oigo que hay una furgoneta en la puerta pitando. Me asomo.

-¿El Consorte?

-Sí. Y salgo a ver que quiere.

Según abro la puerta me atiza un paquete que tiene toda la forma de ser una pata de jamón.

-Firme aquí

-Pero oiga, esto de donde viene.

-Qué bonita zona, no la conocía. Venga señora, que tenga un buen día.

El hombre se marcha y allí me quedo yo en la acera con cara de acelga y con una pata de jamón en la mano que con el calor que hace, ó la meto pronto en el trastero un rato ó directamente nos la vamos a comer en vaso. Me empieza a entrar un pequeño mosqueo.

Me pongo a leer el resguardo. Lo del Consorte es de aurora boreal. En cuanto vuelva del Super me oye.

Siento una furgoneta en la puerta. Empiezo a sentir pánico. Me asomo.

-Hola, buenas ¿vive aquí El Niño?

-Pues no sé qué decirle…

-¡Vive ó no vive!

-Vive, vive.

-Firme aquí. Y me atiza una caja de tamaño medio.

-Oiga perdone ¿Pero esto qué es?

-Y yo que sé, señora. Yo soy el del transporte. Eso pregúntele al que lo ha comprado. Hala adiós.

Me quedo en la acera con un mosqueo imperial y una caja en las manos.

Entro, saco la caja de una especie de bolsa y aparece ¡una impresora, fax, escáner, copiadora, no sé cuantas chorradas más!

-Pero que capítulo de Barrio Sésamo se perdieron, que no entienden la palabra AUSTERIDAD. Luego dicen que si me pongo borde, que si me enfado que si, que si… Pero es que son la leche.

El Niño duerme después del esfuerzo realizado ayer en la barbacoa, que ha tenido que ser grande, muy grande. Menos mal que si está aquí es que no ha bebido, porque sino se queda en alguna guarida conocida y eso lo lleva a rajatabla. Algo bueno tenía que tener el chico.

El consorte se ha ido a comprar “cuatro cosas de nada que se necesitan para la semana”.

La Niña y yo nos vamos a comprar el ajuar femenino para irse una semana a la playa.

-¿Te gustan?

-Sí, son bonitos.

-Me llevo los dos.

-Pero si tienes un montón de bañadores, compra uno para lo del “estrenar” y listo.

-Ah no, no, que luego no se secan y tengo que andar poniéndolos al sol.

-ahhhh, claro que trabajo. Vale, haz lo que quieras es tu dinero.

Se atiza las chanclas, una salida de baño, un sombrero y un bolso de playa a juego. Look completo. Parece la Barbie playera. Toda conjuntadita.

-Perfecta. Creo que “con eso y un bizcocho, hasta mañana a las ocho”, como dice el refrán.

Me suena el teléfono móvil

-Si

-Donde estais.

-En Torrelodones. ¿Tú, que parte de la palabra austeridad no entiendes? ¿Para qué diablos compras un jamón ahora? ¡Y además por internet!

Que ya hace falta echarle moral a la cosa, eh.

-Naaaa que estaba de oferta y además no es un jamón, es una paleta pequeñita que es más barata. Ya verás que sale buena. Bueno que ya estoy en casa.

¿Habéis comprado todo?

-Si más ó menos. Tu niña, entre otras cosas, se ha atizado un conjunto rosa chicle de la cabeza a los pies. Por cierto, ¿Has comprado ajos?

-No

-Que bién, pues los necesito para el Bacalao. Bueno, como tenemos que pasar por Mercadona para las cremas ya los compro allí.

-Compra zumos

-Primero te tomas los de pomelo sin azúcar que tienes en casa haciendo bouquet.

-Pués tú verás, porque los chicos no tienen de piña, que son los que les gustan…

-Vale. Que me denuncien por malos tratos.

-Que bordeeee ¿Pongo la paletilla en el jamonero y cuando llegues nos pones un aperitivín?

-Deja la pata tranquila en el trastero, que se le acomoden las grasas.

Venga que vamos para allá en un rato.

Llegamos a Mercadona. La niña empieza a coger, Spray bronceador factor +50, +30,+15. Spray protector para el pelo. Crema bronceadora para la cara. Spray refrescante de agua destilada. After sun para el cuerpo. After sun para la cara…

-¿¿¿En serio que necesitas todo esto para estar una semana sentada en un chiringuito tomando granizados de limón, con una coleta en el pelo porque sino te asfixias, un sombrero porque no aguantas el sol y una camisola puesta, salvo cuando te bañas, porque no te gusta quemarte???

–De verdad mamá, es que siempre haces igual… Le quitas a uno toda la ilusión por las cosas, joder.

Suena el Teléfono móvil

-Contigo quería hablar.

-¿Te gusta? Te la estoy configurando. Además la he comprado wifi para poder enviar desde el móvil un mail y te imprime lo que quieras. Por ejemplo, ¿estás en Madrid y quieres que te imprima un documento? Pues le envías un mail a la impresora y cuando llegas a casa lo tienes impreso.

-Estoy anonadada. Sobre todo porque ahora que estoy en paro, estoy todo el día en casa. Pero siempre es un consuelo saber que puedo darle al botón de copia desde el jardín, enviando un mail a la impresora que está en el estudio. ¿Pero tú estás tonto ó qué?

-¿Pero tú no querías una impresora con escáner, porque te había dado la neura de escanear todas las fotos y no sé qué??? ¡¡¡Llevas dándome la chapa un mes, madre!!!

-Llevo dándote la chapa un mes para que me configures la que hay en casa vieja que trajiste de no sé donde porque estaba “nueva” y la iban a tirar y ¡ohhhh Dios que pena” si está “genial”…. En serio, me tenéis muy harta. Muy harta.

-Vaaaale. Si ha salido mu barata. Compra zumos que no hay.

-No me da la gana. Tomaros los de pomelo, que están buenísimos.

-Vale, pues Acuarius que sino en el trabajo, me deshidrato. Ahhhh y necesito una maquinilla de afeitar que se me ha gastado.

-A ver Niño. Eres lampiño. No tienes un solo pelo en la cara. Eres como tu padre. Una maquinilla te dura cinco ó seis años…

-Que no, que no. Hazme caso. Cómpra la GILLETTE CUSTOM PLUS

-Vale. Adiós

-Niña cógele a tu hermano un paquete de maquinillas de afeitar de esas desechables.

-¿De cuáles?

-De las más baratas.

Llegamos a la caja, pago, bajamos al garaje, vuelve a sonar el teléfono, me acuerdo de todos los antepasados de los que está en casa.

-Que quieres ahora, me estoy empezando a cabrear en serio, os lo digo.

-Que si la has comprado.

-Si

-¿Es como azulita?

-espera que miro (mentira, me meto al coche), Mmm, si

- ¿Y pone GILLETTE CUSTOM PLUS?

-No. Pone DELYPLUS JO-DE-TE

-Joder madre, de las de Mercadona no, que no me gustan.

-Vale. Luego bajas tú y la cambias. Adiós.

Cuelgo. Salgo del parking. La crema que me he puesto esta mañana creo que la he absorbido ya y me estoy poniendo de los nervios.

Suena el teléfono de la niña.

-Si, si espera que pongo el altavoz. Es papá.

Empiezo a contar 1,2,3…

-Oye

-Dime

-Que qué le hago al pescado.

-Bueno, teniendo en cuenta que lo primero que hay que hacer es dorar unos ajos en aceite y que los llevo yo porque a ti se te han olvidado, puedes ofrecerle un vino, le enseñas el jardín, le das charla… Vamos cualquier cosa menos dejarlo solo en la mesa de la cocina, no vayan a entrar los gatos y nos dejen sin comida.

-En serio que mañana más mala llevas, estás insoportable.

-Si será eso. Hala, hasta luego.

He llegado y claro, el pilpil no me ha salido, porque con tan mala baba no se puede guisar.