Nuestra aventura empezó en Estambul, pasamos por alguna de las Islas Griegas más famosas, una de las llamadas Islas Jónicas, visitamos también el corazón de Croacia y terminamos en la ciudad cuyos medios de transportes se mueven como pez en el agua.
No me tengáis en cuenta la pérdida de glamour, no soy una de esas bloggeras que salen estupendas en todas sus fotos de viajes, sin ninguna bolsa en sus manos (ya veréis la cantidad de cosas con las que cargo, entre ellas la cámara de fotos) y con los mejores looks y complementos que combinan con el entorno. Procuro llevar siempre looks cómodos y en el caso de Estambul, para poder visitar las mezquitas necesitaba algo que me cubriera las piernas.
Nuestra primera parada, la Mezquita Azul, llamada así por los 20.000 azulejos de ese color que adornan su interior. Tiene seis minaretes, aunque en esta foto sólamente se ven cuatro, y en el momento de su construcción fueron causa de polémica porque también en La Meca había seis. Por si vais alguna vez, os voy a dar el mismo consejo que me dieron a mi. Al entrar en cualquier mezquita hay que descalzarse y las mujeres tienen que taparse el pelo y los hombros, así que llevad unos calcetines y pañuelo, así no tendréis que usar lo que os dejan allí.
Y a continuación... la prueba gráfica de la cantidad de cosas con las que cargo: la bolsita nos la proporcionó Ibero Cruceros para meter los zapatos en ella, la cámara de fotos, el bolso (primer y único día que lo llevé conmigo, después me acompañó la mochila para la cámara, mucho más cómoda), la chaqueta por si el tío de la puerta consideraba que el pañuelo me tapaba poco los hombros, el aparatito para oir a la guía... vamos ¡todo glamour!
La siguiente parada en Estambul fue Santa Sofia, obra maestra del arte bizantino. Hasta el año 1261 fue iglesia del Papa y en 1453 el imperio otomano la convirtió en mezquita dotándola de cuatro minaretes. Actualmente es un museo.
Los mosaicos de la segunda planta son impresionantes, bueno toda Santa Sofia en sí, es impresionante. Visitamos también la Basílica Cisterna (si habéis leído Inferno, la última parte se desarrolla allí) pero las fotos no salieron muy bien y prefiero no enseñároslas.
Camiseta y falda: Stradivarius Cuñas: Tienda local de León Bolso: Sfera Y como en todo viaje, siempre surge algún contratiempo, en este caso teníamos pensado visitar también el Palacio de Topkapi, el Gran Bazar y quizás el Bazar de las Especias pero no contamos con el Ramadán. El día que estuvimos en Estambul se celebraba el segundo día del Ramadán y todos esos sitios que teníamos pensado visitar estaban cerrados por festivo, así que... nos quedamos con las ganas. Pero nunca hay mal que por bien no venga, ¡ya tenemos excusa para volver!
¡Feliz inicio de semana! El miércoles nuevo post, ¡no os olvidéis! XOXO