Diario de una mamá multi-task

Por Fersinski
Por medio de la página de facebook del blog conocí a una gran persona y gran mamá, que es un vivo ejemplo de que todo se puede lograr.

Hace 2 años se estrenó como mamá de una niña preciosa y en el post de hoy nos cuenta uno de sus días, por aquello del "no se puede, le tengo que dar Gerber".

A mi en lo personal me parece una mujer admirable que lo único que trata es de darle la mejor nutrición y la mejor educación a su hija. Les dejo lo que nos escribe ella y cuéntenos en los comentarios qué opinan y si ustedes hacen o hicieron algo parecido.

¿Han escuchado eso de "Yo lo di todo por mis hijos"? 

Bueno pues a mi me pegó duro la responsabilidad del primer hijo y querer dar todo por ella. Empecé a leer sobre embarazo, maternidad y sobre todo alimentación. Con su nacimiento también nací yo a la "conciencia", es decir, descubrí la verdad oculta de la industria alimentaria y sobre todo despertó en mi una necesidad por enseñarle esa verdad a ella. 

Poco a poco fui limpiando la estantería. Después de su nacimiento, el 90% de la comida que comemos es hecha en casa, incluso cuando salimos de viaje o de paseo. Siempre llevo conmigo fruta, pan horneado en casa y agua... por si acaso.

5:30 am. Suena la alarma y le digo, “5 minutos más”. Hasta que dan las 5:45 am, entonces vuelve a sonar, brinco de la cama como conejo saltarín, corro al baño y así inician mis días.6:00 am. Voy a la cocina y hago  huevo con vegetales para el lunch de la niña, al mismo tiempo que nos preparó un jugo verde a las dos. Mi marido me ayuda partiendo frutas y verduras mientras me hace plática, y la estufa ya prepara la comida del medio día de todos.7:00 am. Desayuno, lunch y comida, listos. Ahora a despertar a la peque, arreglarnos y salir corriendo a la escuela maternal y al trabajo.8:00 am. Entrego a la peque en la escuela y manejo en el tráfico escuchando un audio-libro en lo que me tomo mi jugo verde.8:30 am – 1:30 pm. Trabajo toda la mañana para terminar los pendientes y a la 1:30 am salgo corriendo para ir por la niña a la escuela. 2:00 pm.  Llego por la niña, comemos y jugamos un rato a tomar el té o a que ella cocina lo que comeremos.3:00 pm. La peque toma la siesta y yo de vuelta a trabajar.4:30 pm. La peque se despierta, pide agua y merienda (fruta o un panecito horneado en casa); demanda tiempo de calidad  y “nos ponemos a jugar” a las artes, en su mesita pongo pinturas, sellos, hojas y le pido que coloree dibujos mientras yo trabajo.5:00 pm. Ya que se aburrió de colorear, invento rápido otra actividad, como a veces que le saco 1 taza de harina refinada y 2 tazas de  crema para afeitar (de esas de 13 pesos). Cubro el suelo con un mantel de plástico y la pongo a hacer su masita tipo play-doh. Mientras la repostera juega y mezcla la masa, la mamá sigue trabajando.5:30 pm. Ya está la masa lista, la mamá saca colorantes vegetales y comienza la lección de colores, junto con cortadores de galletas en forma de figuras geométricas. Y después de resurtir el entretenimiento infantil, sigo trabajando. 6:30 pm. Laptop “OFF”, me sumo al juego. Sugiero hacer unas figuras de carritos y, ya aburrida ella, la invito a jugar a las comiditas con tabla y cuchillo plástico. Ella corta lechuga como gran chef mientras yo preparo pescado a la plancha y corto más verduras para la ensalada. Llega papá y a mamá le toca un merecido break.7:30 pm. Juego libre para todos, ya sea en el patio o en el parque. Alimentamos al conejo, regamos el mini huerto y árboles y ponemos una carga de ropa a lavar. 8:30 pm. Cenamos y al terminar, Papá y la peque van a bañarse. Mientras yo preparo ropa, menú y actividades para el día siguiente. 9:30 pm. Correteo a la peque para ponerle la piyama, jugamos a ponernos crema y a peinar a todos los bebés (sus muñecas). Cerramos con 3 cuentos, y todos a dormir en la obscuridad total del cuarto. Así transcurren los días en nuestro hogar con una peque de 2 años que es súper activa y que adora estar cerca de sus papás y que como todo niño adora jugar y comer dulces. Y yo como toda madre quiero lo mejor para ella y adoro hacerla feliz aunque eso implique renunciar a las comodidades del mundo moderno.

Escrito por Fernanda Rodríguez del Peón