Diario (y tres)

Por Jgomezp24

13 de agosto. El lector perspicaz va a descubrir enseguida que Cala Mitjana es una de las más bellas de Mallorca. Su ensenada natural (a mano derecha), sus aguas transparentes (con generosas zonas de sombra en su parte izquierda), sus pececillos que te limpian los tobillos con sus pequeños mordiscos (me río yo de la moda japonesa...), su media hora a pie (si no tienes barco...), que la hace algo menos accesible...Cala Mitjana solo tiene un "problema": representa uno de los residuos mejor conservados del tardofranquismo en Mallorca.
Diálogo estival, pescado al vuelo: "Tomasillo, tu jefe anda nervioso, ¿verdad?, porque don Guillermo está por llegar. Y, claro, querrá tener una buena propina".
El lector perspicaz notará que a mano derecha de la foto asoman el hocico porciones de cemento. Cala Mitjana, que era una de las calas más hermosas de Mallorca, fue profanada en su momento, vendida a la familia Fierro y "salvajemente" construida. Generosos parterres de césped junto al mar...viviendas para invitados en la playa, casas para los señores en lo alto. La ley de costas, en su momento, les impidió cerrar del todo la propiedad, y los humildes bañistas que vamos a pie atravesamos la propiedad para llegar al mar, que es el nuestro, que es el gozar. Ayer la actividad era frenética: muchos empleados, jardineros, gente limpiando, cortando, podando, recogiendo. Mucho ruido, mucho junto a la playa, que es libre, que parecía hecho a posta para romper la tranquilidad del sufrido bañista. Hasta que un capataz habló con Tomasillo (andará por los 40 y trabajaba como un jabato) y descubrí por qué: el amo estaba a punto de llegar, el heredero de la salvaje acción del franquismo, que construyó encima del mar y que viene de Madrid a pasar unos días, preparado para dar propinas a troche y moche. Pobre Tomasillo, pienso yo, tu tremendo trabajo de una jornada entera pasará completamente desapercibido. O casi.