Dicen que el buen amor se cuece a fuego lento y en cambio vosotros teníais el vuestro listo en menos de lo que tardan en ponerte una hamburguesa en el burguer de moda. Ese burguer en el que han tenido lugar muchas de vuestras citas, porque no siempre uno se enamora a plato de restaurante, porque a veces unas patatas fritas recalentadas son el mejor de los manjares y porque, hay que decirlo, cuando “lo vuestro” comenzó vuestras carteras agradecían esos menús lowcost.
Dicen que hay que bailar agarrados, como antes, a un ritmo lento, sintiendo. Y sin embargo tú sientes que el mundo es vuestro cuando suenan los primeros acordes de esa canción que bailáis a saltos con el resto del bar, cuando tu cerveza es el mejor de los micrófonos y tú desgarras tu voz al ritmo de una canción de rock.
Dicen que el amor mueve el mundo y el tuyo se mueve a base de risas, de carcajadas que lo rompen, de lágrimas y cortes de respiración. En realidad quizás el amor mueva el mundo pero las risas hacen moverse al amor.
Dicen que cuando pasa el tiempo hay que dar un paso en las relaciones, que se estancan. ¿Estancar? Eso sólo nos paso una vez, en aquel paseo en barca en aquel lago, en uno de esos planes románticos de libro que terminan siendo desastrosos.
Dicen que el amor es bonito y suave y sin embargo a veces pincha como el alambre espino, y hasta deja cicatrices.
Dicen que un buen vino hace el resto y tú, a tus taitantos, todavía buscas una coca-cola cerca si alguien te acerca una copa de tinto. Dicen que hay que beber un gintonic a medias y a ti no te apetece compartir tu malibúpiña.
Dicen que no hay nada como el cigarrito de después, pero tú nunca has fumado.
Dicen que los domingos tristes hay que ir al cine porque es lo que hacen las parejas de bien y sin embargo tú te mueres por correr a hacer mil y un planes estúpidos los domingos por la tarde. Por muy triste que sean.
Dicen que las canciones de las parejas son de amor y sin embargo ahí estáis vosotros, voceando juntos la canción de David El Gnomo, porque es la vuestra, aunque no sea de amor, aunque no sea de adultos.
Dicen que Febrero es el mes del amor y tú siempre has pensado que debería serlo Mayo. Mayo y sus flores. Mayo y su sol. Mayo y sus primeros hombros al aire libre. Que sí, que el mes del amor tiene que ser Mayo.
Dicen, dicen, dicen. Y que digan.
Que nosotros ya haremos lo que nos da la gana.