Los calambres son espasmos musculares involuntarios que pueden ser causados por diferentes motivos: desequilibrio hidroelectrolítico, es decir falta de agua y sales como el potasio, magnesio y calcio, también puede ser causado por deshidratación, el frío, estrés, artritis o mala circulación sanguínea. Ninguna persona está libre de padecer de un calambre, pero los deportistas, las mujeres con menstruación o embarazadas y los ancianos son los más propensos a sufrirlos, pero existen alimentos que pueden ayudar a prevenir estos molestos y dolorosos calambres.
Si los calambres son causados por deficiencia de agua o sales debemos incluir bastante agua en nuestra dieta sobretodo si se practica algún deporte o ejercicio físico ya que la deshidratación puede causar estos desequilibrios. Además es importante incluir alimentos ricos en potasio y magnesio como el plátano, guayaba, toronja, yogurt, aguacate y almendras.
Otra manera en la que se puede dar una carencia de potasio es por sufrir de diarreas, vómitos o por tomar fármacos diuréticos, por lo que es importante consumir muchas verduras, hortalizas, frutos secos y legumbres para que de esta manera se logre equilibrar la carencia de este mineral.
El magnesio es el encargado de relajar al músculo cuando éste se contrae por lo que es vital que las concentraciones se mantengan en los niveles adecuados para evitar los calambres, para ello se debe comer semillas de girasol y sésamo.
Si los problemas de calambres son leves y no tan periódicos puedes incluir un licuado de frutas combinadas en el desayuna ya que de esta manera incluyes agua, fibra, potasio, magnesio y calcio que no sólo evitará que sufras de los espasmos sino también te brindará la energía necesaria para rendir en tu día. Si los calambres son frecuentes y dolorosos es mejor consultar con un médico e incluir bebidas isotónicas que contienen las cantidades necesarias para equilibrar las concentraciones de las sales.