Ganarás tiempo (que en caso contrario pasarías en las tiendas), gastarás menos dinero y tendrás un tema espléndido de conversa en aquellas fiestas y encuentros con gente al azar. Pero sobre todo aprenderás a valorar lo que ya tienes y a contemplar con paciencia todo lo que la mercadotécnica quiere venderte en este mismo momento. Pararse un instante para …?
Además el proyecto sí contempla que actualices tu armario o renueves la decoración de la casa. Se trata de no comprar nada nuevo. Pero sí puedes comprar, intercambiar, renovar objetos que ya han sido apreciados por alguien en el pasado . Explora las tiendas de segunda mano de tu ciudad, infórmate sobre mercadillos en colegios y centros deportivos. Organiza un intercambio de ropa con tus amigas. Tiñe tu tejanos desgastados de otro color. Pinta el mueble del comedor de blanco. En general: sé creativo con lo que tienes a tu alcance.
Aquí os pongo algunas experiencias de personas que participaron en 2010:
- Conseguí unos vaqueros de primera marca en un mercadillo por 5$. Con el resto me fui a cenar con un amigo.
- Antes de este mes, era compradora compulsiva. Después de practicar con paciencia durante un mes me he dado cuenta de que no necesito todas las cosas aquí y ahora. Vale la pena planificar un poco.
- Ya no compro por comprar. Sólo compro lo que necesito, no porque estoy aburrida.
- Ahorré muchísimo dinero. Como no tenía sentido ir de tiendas, dediqué el tiempo a otras cosas. Y ya no hago compras como si se tratara de un hobby.
- He aprendido a mirar el contenido de mi armario con otros ojos. He combinado prendas de forma diferentes, trabajando con lo que tenía en vez de renovarlo todo cada dos meses.
- Lo empezamos el año pasado y no hemos parado. Se ha vuelto una forma de vida. Intercambiamos, compartimos y gastamos nuestro dinero de forma muy diferente.
No se trata de sufrir, sino de frenar un poco en la carrera del día a día para tomar conciencia de en qué empleas tu tiempo y tu dinero. Y como no es lo mismo contarlo que vivirlo, la mejor opción es probarlo durante un mes y ver lo que pasa. Quizás solo signifique que durante un mes gastes algo menos, pero quizás te des cuenta de que tu felicidad no depende de la frecuencia con la que sacas la tarjeta de crédito.
¿Te apuntas al reto de pasar 31 días en ayunas consumistas para probar una vida con menos cosas?