La astenia primaveral es un trastorno leve que sufre, al menos, una de cada diez personas con la llegada de la primavera y el cambio de estaciones. El organismo se encuentra habituado a unas temperaturas y el cambio de las mismas conforma este síntoma de decaimiento.
Principalmente se traduce en una sensación de cansancio, fatiga, que en realidad, no va más allá de esta sintomatología, aunque resulta muy molesta o ciertamente inexplicable.
Las personas que sufren esta sensación corporal con el cambio de estación no suelen ser muy conscientes de que la causa de ese cansancio es el cambio de tiempo, pero …. ¿cuál es la causa principal de este estado físico?
Origen de la astenia primaveral
Su explicación más científica viene determinada por la disminución de unas sustancias del organismo que regulan la sensación de bienestar, alterando este sistema y produciendo esa sensación de agotamiento tanto físico como mental, pudiendo sufrir tanto ambas como una de ellas.
No es necesario tratamiento mediante medicamentos, ya que simplemente se trata de un pequeño trastorno pasajero que desaparece con el paso de los días. Afecta más a mujeres que a hombres, sobre todo, a partir de los veinte años.
Además de esta fatiga, también puede producirse otra sintomatología como la falta de apetito, malestar, jaquecas y otros síntomas psíquicos como la tristeza o la tendencia a la depresión.
¿Cómo combatirla?
La astenia primaveral puede combatirse mediante diferentes métodos que al combinarse generan un beneficio y un aumento del bienestar del organismo. Algunas de las recomendaciones primordiales es hacer ejercicio para reactivar el cuerpo, así como dormir suficiente.
La alimentación juega un papel muy relevante para combatir este fenómeno, que en muchas ocasiones resulta indescriptible e inexplicable. Lo principal es seguir una alimentación equilibrada y sana, rica en frutas , verduras , y componentes energéticos. Deben consumirse alimentos ricos en fósforo y hierro, así como alimentos estimulantes y tonificantes, como jalea real , el ginseng o el jengibre. Además, es necesaria la supresión de alimentos grasos , procesados , azucarados y se recomienda el consumo de vegetales y frutas que aportan al organismo minerales y sustancias necesarias para llevar una alimentación equilibrada y rica en fibra y vitaminas.
El ritmo de comidas debe ser ordenado y el desayuno juega un papel fundamental, debiendo ser consistente y base para todo el día. La cena, como suelen comentar los expertos, debe ser más ligera y compuesta de ensaladas y recetas con verduras para que el organismo se enriquezca de vitaminas y minerales que puedan ayudar a trabajar a las defensas.
Las sustancias principales que pueden ayudar al organismo a vencer esta dolencia son los alimentos ricos en betacarotenos, adaptógenos y oligoelementos.
Los betacarotenos son componentes antioxidantes generadores de vitamina A y que se encuentran en frutas y verduras de color amarillo y naranja. La zanahoria, las espinacas, los espárragos, el brécol y la calabaza son algunos alimentos compuestos por esta sustancia.
Los adaptógenos favorecen el equilibrio energético del organismo. Algunos de los alimentos compuestos por adaptógenos son el ginseng, la guaraná y algunas plantas herbáceas como el regaliz y el astrágalo.
Por último, los oligoelementos, que son sustancias muy parecidas, en cierta medida, a los adaptógenos por su función equilibrante, pero además, también sirven como reguladores del organismo en todas sus funciones: respiratoria, digestiva, muscular…
Algunos de los oligoelementos más conocidos son el hierro, el zinc, el silicio, el cobre… Se encuentran en todos los alimentos en pequeñas cantidades.
El hierro, que suele ser el más conocido y además, esencial en el tratamiento de la astenia primaveral, se encuentra en carnes y pescados, además de en algunas frutas y frutos secos.