En verano aumentan los desplazamientos, las salidas al campo o a la montaña, las jornadas en la playa y la piscina e incluso los viajes a otras latitudes y, por lo tanto, es mayor el contacto de la población con los insectos. En concreto, la presencia de los mosquitos resulta habitual en nuestro país, especialmente en las zonas costeras y algunas zonas montañosas del interior, ya que estos insectos se desarrollan mejor en ambientes húmedos y cálidos. Pese a que en España no existen mosquitos que sean capaces de trasmitir enfermedades crónicas, se trata de un riesgo que debemos prevenir si estamos programando un viaje a países tropicales.
Desde Cinfa, la doctora Aurora Garre puntualiza que realmente «son las ‘mosquitas’ o mosquitos hembra las responsables de las molestas picaduras, ya que son ellas las que necesitan de nuestra sangre o, más bien, de las proteínas que ésta contiene, para completar la maduración de sus huevos». Aunque este tipo de insectos pueden valerse de la sangre de distintos animales, la mayoría de ellos prefieren la de los mamíferos, y en especial la de los humanos, dado que nuestra piel es muy fina y les resulta más sencillo llegar a las venas.
¿Por qué duelen las picaduras?
«Para poder extraer la sangre con mayor facilidad, los mosquitos cuentan en su saliva con un anticoagulante muy potente que introducen en nuestro torrente sanguíneo al picarnos», explica la asesora médica. «De esta forma, bloquean la acción solidificante de las plaquetas de nuestra sangre, evitando que la herida se cierre y la sangre deje de salir. Sin embargo, nuestro sistema inmunitario reconoce esa sustancia introducida por el insecto como algo ajeno al cuerpo y la ataca, lo que provoca la inflamación de la zona y la picazón».
Por eso, para evitar el dolor y las molestias de la acción de los mosquitos, existen algunos tratamientos preventivos que tienen como objetivo evitar las picaduras: «Los repelentes de insectos son sustancias que se aplican en las zonas de piel expuesta o en las prendas de vestir para evitar el contacto con el insecto. Debe elegirse un producto que cuente entre sus principios activos con la dietiltoluamida (DEET), considerada el repelente más eficaz por la Organización Mundial de la Salud (OMS)», afirma la asesora médica de Cinfa. Por otro lado, los tratamientos calmantes están indicados para aliviar el dolor y picor una vez que se ha producido la picadura. «Su principal activo es el amoniaco, que actúa modificando el PH y neutraliza la toxina introducida por el insecto».