Diez excusas para saltarse la dieta

Por Sportfactor @sportfactor

Dieta, solo de escuchar esa palabra mucha gente ya se pone a temblar. En mi opinión uno de los problemas de la “dieta”, es ese, verlo como una restricción alimentaria. El ser humano por defecto no es amigo de las imposiciones y eso de no poder comer lo que una quiera cuando quiera, no es plato del agrado de muchos.

Pero como he dicho el problema es etiquetar de forma negativa la nutrición. Yo no creo en las dietas, yo creo en la nutrición sana y equilibrada. Porque las cosas claras, un croissant relleno de chocolate está muy bueno, pero sano, lo que se dice sano…

En realidad si viviéramos en un mundo en el que solo existiera el pollo, el brócoli, la avena y las manzanas (por decir algunos alimentos), todo sería más fácil, pero no es así y todos los días tenemos que lidiar con las tentaciones (fast food, bollería, embutidos, snacks…)

Y es llegado a ese punto cuando nos encontramos cara a cara con el paquete de “pringles” que nos está ofreciendo un compañero de la oficina y es nos toca decidir, si ceder ante la tentación o mantener el tipo y seguir con nuestro plan nutricional.

En general la gente que no es capaz de seguir una dieta son auténticas máquinas de poner excusas, empezando por sí mismos, de modo que se auto-convencen de que ha sido correcto saltársela.

Pues bien, hoy haciendo gala de nuestra capacidad de anticipación, hemos encontrado las excusas más comunes y vamos a daros las respuestas por anticipado a ellas, de modo que no tengáis más remedio que seguir por el buen camino.

LAS EXCUSAS

 1. Son las 16:00 y estoy cansado, estas galletas me ayudaran  a pasar la tarde

Si me ayuda en exceso, será porque ha disparado mi nivel de azúcar (bollería), lo cual significa que igual que ha subido, se desplomará más tarde dejándome más cansado ​​y de mal humor de lo que estoy ahora. Lo mejor, elegir sancks saludables, algunas almendras (sin abusar) o alguna pieza de fruta nos harán sentir fuertes y saludables para el resto del día.

2. Los últimos días me he portado muy bien, me merezco una recompensa

En realidad, si me lo como no será una recompensa, más bien me alejará de mi objetivo y sin duda una vez me lo haya comido hará que me sienta más deprimido, débil y fuera de control. Mejor optar por permanecer confiado en uno mismo y aprender a decir que no.

3. Solo una no hace daño

Veamos : “- Según mi plan de entrenamiento, tengo que correr X kilómetros para quemar unas 500 calorías. Este paquete pequeño de papas tiene 150 calorías, lo que significa que si corro X minutos más lo habré quemado…-”

La teoría es buena y las matemáticas más…, pero en el momento que lo hagamos una vez, quien te dicen que no lo harás dos o tres o cuatro. Entonces que harás, ¿la maratón de Nueva York para compensar el exceso de calorías?. Hazte un favor a ti mismo y cambia de excusa.

4. Estoy cansado, esta noche no me apetece cocinar

Sentimos que estés cansado/a, pero tu cuerpo no tiene la culpa, ten en cuenta detalles como este y elige una de las dos opciones:

A ) Déjate la cena preparada con antelación

B ) Vete al supermercado de turno y elige una ensalada ya preparada (solo tienes que aliñarla) añade un poco de pavo troceado, unos tacos de queso desgrasado y un par de rodajas de piña en su jugo (tiempo total de preparación de la ensalada veraniega 5 minutos)

5. Acabo de comer y ya tengo hambre

Tener hambre no mata a nadie (al menos si solo es durante tres horas), es mejor sentirse incomodo y esperar a que sea el momento para comer algo sano y no meterse comida basura en el cuerpo.

Yo personalmente tengo dos trucos, uno es beber un par de vasos de agua o bien me tomo una infusión con stevia (no con azúcar ni sacarina), piensa que es una molestia temporal, no el fin del mundo.

6. He tenido un día horrible, mi jefe es un imbécil, el tráfico es terrible, el vecino fue grosero conmigo, comer esto me hará sentirme mejor…  

Espera un minuto, es decir, ¿has tenido un mal día y encima quieres comer alimentos poco saludables?

  • En primer lugar, no puedes dejar que otros dicten tus emociones.
  • En segundo lugar, has tenido un mal día, cosa que no has podido controlar, si bien lo que introduces en tu cuerpo sí que lo puedes controlar, por tanto ¿que vas a hacer?
  • En tercer lugar, eres consciente de que lo que te da ganas de comer en este instante es una emoción, no el hambre. Si quieres sentirte mejor come solo cuando tengas hambre de verdad , no cuando quieras compensar un mal día.

7. Me acaban de dar una buena noticia, creo que lo  voy a celebrar con este pequeño premio gastronómico.

¿Si me como esto me ayudará a conseguir mi reto personal o me alejara del objetivo?

De nuevo las emociones intentan dictar nuestra alimentación. Estamos seguros de que eres capaz de disfrutar de la buena noticia que te han dado sin pedir una pizza con doble de todo.

Y cuando alcances tu meta y llegues al peso deseado, eso sí que habrá que celebrarlo.

8. Odio desperdiciar la comida

Una de las técnicas que personalmente aplico en mi nutrición personal es : “Si no lo tienes en casa no lo comes”

“-Recuerdo la primera vez que me toco vaciar los armario de comida basura, la verdad es que me tocó tirar bastantes cosas, pero fue una especie de catarsis nutricional.-“

Mucha gente se escudará diciendo que con la cantidad de gente que hay en el mundo pasando hambre le duele tirar los alimentos. Me parece correcto, pero la excusa es pésima, si te duele puedes ir a cualquier comedor social y donar la comida que te sobre.

9. La gente de mi alrededor como lo que quiere

No somos niños de diez años con rabietas porque su amigo tiene un juguete mejor que el suyo. Estamos comprometidos con un estilo de vida saludable, independientemente de lo que los demás a nuestro alrededor estén haciendo.

Es más solo tienes que esperar a que llegue el verano (de hecho estamos en él) e ir a la playa para comprobar que somos lo que comemos.

10. Mañana empiezo de nuevo mi dieta

Errar es humano y después de una caída debemos de levantarnos y seguir. Pero como ya sabéis más vale prevenir que curar. Siempre que podamos hay que evitar situaciones que pongan en peligro nuestro compromiso nutricional.

Es más (os lo digo por experiencia), cada vez que fallamos nos sentimos peor y más débiles , creemos que nunca lo conseguiremos. Por eso no debemos permitirnos caer.

El mañana no existe, el presente es lo único real y hoy no debemos de fallarnos.

Conclusión  

Os hemos dado 10, las principales, pero por haber pueden haber miles, no es una cuestión de recrearnos en ellas, es una cuestión de tener una cosa clara:

Debemos de preocuparnos por nuestro cuerpo, por nuestra salud,  longevidad, y bienestar psicológico.

La próxima vez que quieras pecar, recuerda la sensación de éxito que sientes cuando no caes en la tentación y compárala con cómo te sientes cuando tropiezas y caes.

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