Diez recomendaciones para prevenir el cáncer

Por Cristina Abad Cantero @ComiendoS
Los casos de cáncer aumentan alarmantemente, casi todos nosotros tenemos a alguna persona en nuestro entorno que está pasando por el duro trance de luchar contra esta enfermedad.
Tendemos muchas veces a considerar que cualquier cosa mala que nos ocurra "tenía que pasar" y esa mentalidad fatalista nos impide pararnos a pensar si es verdad que "todo nos viene de fuera" o si hay aspectos en los que nuestra intervención puede tener como consecuencia cambios significativos.
Vamos a ver hoy qué podemos hacer nosotros en la prevención del cáncer. ¿Te interesa?
Si bien la predisposición a padecer un cáncer puede venir escrita en nuestros genes, esto no quiere decir que estemos condenados a sufrirlo. Así, factores externos podrán influir en que la información contenida en el ADN se manifieste o no.
En el caso del cáncer, se ha demostrado que el factor más importante para que se desarrolle o no es la exposición a factores ambientales capaces de causar daño genético. Hay multitud de factores carcinogénicos a nuestro alrededor que no podemos evitar, o al menos no del todo, como la contaminación ambiental, las radiaciones, las infecciones, etc, pero lo que sí está en nuestra mano es optimizar factores relacionados con nuestro estilo de vida, como son los referentes a la alimentación y el ejercicio físico.

Conscientes de que había que mentalizar a la población de que existen muchos campos en los que podemos actuar para prevenir el cáncer, el WCRF (Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer) y el AICR (Instituto Americano para la Investigación del Cáncer) publicaron un informe en el que se recopilaban todas las evidencias científicas que se tenían sobre la influencia del estilo de vida en el desarrollo del cáncer (centrándose como verás en alimentación y ejercicio, pues no se habla por ejemplo del tabaco).
Posteriormente, este informe se resumió en forma de 10 recomendaciones que creo que es importante que recordemos para comenzar, si no lo hemos hecho ya, a aplicarlas en nuestra vida. Verás que no son nada que no hayas oído antes, pero quizás no lo has relacionado con la prevención de esta enfermedad tan temida y sea este el empujoncito que necesitas para incorporarlas a tu estilo de vida.
Estas son las 10 recomendaciones; te aconsejo que te autoevalúes y veas qué podrías cambiar en tus hábitos para adecuarte más a ellas y vivir de una forma más saludable:

1. Mantener un peso corporal saludable


Los expertos defienden que el mantenimiento de un peso saludable durante toda la vida puede ser una de las formas más importantes de prevenir el cáncer, así como otras enfermedades crónicas comunes como dislipemia, hipertensión arterial, diabetes II, accidentes cardiovasculares y cardiopatía isquémica.
Las pruebas indican que la acumulación de grasa corporal, especialmente la abdominal, provoca que se alteren los niveles de ciertas hormonas y factores de crecimiento que favorecen la aparición de cáncer. Además, la obesidad supone para el organismo estar sometido a un estado inflamatorio crónico que, aunque de bajo grado, puede dañar el ADN y provocar el desarrollo de células cancerosas.
Existen evidencias que apoyan  una relación causal  entre el incremento de la grasa corporal y el cáncer de colon, endometrio, mama, esófago, páncreas y riñón.
Por tanto, la primera recomendación del comité de expertos es mantener un peso adecuado (IMC entre 19 y 25) durante toda la vida evitando los aumentos de peso y de la circunferencia abdominal. En consulta ya estamos en ello ¿verdad?; de hecho no nos centramos en disminuir el peso, sino la grasa corporal (sobre todo la visceral) y nos alegramos cuando centímetro a centímetro vemos reducirse nuestro perímetro abdominal.

2. Realizar actividad física a diario


Imagen:Doral Family Journal

La mecanización de la vida diaria nos ha llevado a un creciente sedentarismo que inevitablemente conduce a sobrepeso y obesidad, factores de riesgo para la aparición de ciertos tipos de cáncer, como hemos visto en el apartado anterior. Igualmente, el realizar una actividad física con regularidad ayuda a protegerse frente a otras muchas enfermedades crónicas.
Por ello, la segunda recomendación de la WCRF es que realicemos diariamente una actividad física equivalente a una media hora de caminata enérgica y que, a medida que vayamos cogiendo forma física, aumentemos hasta 60 minutos diarios o más de actividad física moderada o 30 de actividad física intensa.
En esta recomendación se nos deja vía libre para elegir el ejercicio que prefiramos, ya que afirman los expertos que cualquier tipo de actividad física contribuirá a prevenir ciertos tipos de cáncer, así que, ya sabes, elige tu favorito, algo que te guste y te divierta ( si no es prácticamente imposible convertirlo en rutina) y hazlo parte de tu vida.

3. Limitar el consumo de alimentos de alta densidad energética y de bebidas azucaradas


Nuevamente se hace hincapié en una de los factores que influyen en el aumento de las tasas de obesidad de la población mundial: el abuso del consumo de alimentos con alta densidad energética y de bebidas azucaradas.
Consideran en el informe alimentos de alta densidad energética aquellos que aportan por cada 100 gramos más de 275 kcal, pero reconocen referirse a alimentos elaborados, ya que existen otros con un alto aporte energético pero poco procesados, como los frutos secos o el aceite de oliva, que consumidos en cantidades adecuadas dentro de una dieta equilibrada, no contribuyen al aumento de peso y son además fuente de importantes nutrientes.
Añaden también entre los alimentos con alta densidad calórica a la llamada "comida rápida" definiéndola como aquella de fácil preparación, muy comercial y energética que tiende a consumirse además en grandes cantidades.
En cuanto a las bebidas azucaradas, además de los refrescos, incluyen también los zumos de frutas envasados, considerando que aumentan excesivamente el aporte energético sin que el balance energía/nutrientes llegue a ser favorable.

4. Consumir sobre todo alimentos de origen vegetal


Esto se justifica porque, como dice el informe textualmente, " un enfoque integral de las pruebas científicas demuestra que la mayoría de las dietas que protegen contra el cáncer están compuestas sobre todo por alimentos de origen vegetal". Especifica además que deben ser vegetales ricos en nutrientes y fibra alimentaria pero de baja densidad energética, es decir, fundamentalmente vegetales no feculentos y frutas.
Son numerosas las pruebas que demuestran el efecto protector que ejerce la fibra contra el cáncer intestinal. Por una parte, la fibra aumenta el volumen de las heces y acelera el tránsito, con lo cual, las sustancias cancerígenas pasarán menos tiempo en el intestino, pero, además, las bacterias intestinales fermentan la fibra  produciendo ácidos grasos de cadena corta fundamentales para la salud de las células del intestino.
En el informe indican que no es fácil demostrar la relación entre determinadas frutas y verduras y el cáncer debido a su compleja composición rica en vitaminas, minerales y fitonutrientes, pero sí que se ha demostrado el efecto protector contra la oxidación del ADN que ejercen nutrientes como el caroteno, el licopeno, la vitamina C, las vitaminas del grupo B y el selenio. Además, se ha visto que estas sustancias pueden impedir que avance el cáncer ya sea inhibiendo el crecimiento de las células cancerosas o incluso provocando su muerte.Como ya sabemos, la recomendación es de 5 raciones diarias de frutas y verduras variadas  no feculentas.

5. Limitar la ingesta de carnes rojas y evitar el consumo de carnes elaboradas


El informe indica que la evidencia científica apunta a que muchos alimentos de origen animal son saludables si se consumen en las cantidades adecuadas. En especial, aconsejan limitar el consumo de carne roja a "menos de 500 g por semana con una mínima proporción (o ninguna) de carnes procesadas.
Agregan que "existen pruebas convincentes que señalan que el consumo continuado de grandes cantidades de carne roja y carnes procesadas puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de intestino"

6. Limitar el consumo de bebidas alcohólicas


Ya hace tiempo que conocemos que uno de las consecuencias de un elevado consumo de alcohol es la cirrosis hepática, pero más recientemente se ha clasificado al etanol como carcinógeno, pues se sabe que provoca cáncer independientemente de la bebida de la que provenga.
Cada vez los datos son más concluyentes y apuntan a que existe una relación causal entre el consumo de bebidas alcohólicas y el cáncer de boca, garganta, esófago, colon y mama. En las mujeres y también se ha relacionado con la aparición de cáncer de hígado e intestino.
No se ha podido establecer un nivel concreto de alcohol a partir del cual aumente el riesgo de desarrollar un cáncer, pero se nos advierte que, lo que sí está probado es que este riesgo aumenta cuanto mayor sea el consumo de alcohol y que cualquier cantidad de alcohol es susceptible de causarnos daño.

7. Limitar el consumo de sal


Todos sabemos que la sal es esencial para el correcto funcionamiento del organismo, pero también que el consumo que hacemos de ella en nuestra dieta diaria es excesivo como ya vimos en este post.
La gran cantidad de "sal escondida" presente en alimentos muy habituales (conservas, snacks, embutidos, alimentos preparados,...) hace que no sea tan fácil controlar que la cantidad que consumimos esté por debajo de los 5 g diarios recomendados. Aún así, es necesario concienciarnos de que debemos disminuir su consumo, pues se ha demostrado que una ingesta elevada de sal daña el revestimiento estomacal además de aumentar la producción de los compuestos N-nitroso y otras sustancias cancerígenas en el estómago, aumentando el riesgo de que un cáncer afecte a éste órgano.

8. Valorar la necesidad de suplementos alimentarios


Foto: Hogar útil

El Comité de expertos que ha redactado este informe, nos recomienda que intentemos tomar los nutrientes que necesitamos a partir de nuestra dieta habitual y no a base de suplementos alimentarios.
Reconocen que existen casos en que son necesarios los suplementos, como cuando se dan carencias manifiestas difícilmente solventables con la dieta, pero advierten del peligro de ingerir un exceso de suplementos con la idea de prevenir el cáncer ya que  las pruebas científicas de muestran que altas dosis de nutrientes en forma de suplementos tanto pueden prevenir el cáncer como favorecerlo.

9. Optar por la lactancia materna


Existen pruebas de que la lactancia materna beneficia tanto a la madre como al hijo en muchísimos aspectos y también a la hora de prevenir el cáncer. Así, se ha comprobado que cuanto más prolonga la madre el período de lactancia, mayor protección obtiene frente al cáncer de mama. Por su parte, en el bebe se refuerza el sistema inmunológico y se previene el sobrepeso y la obesidad, y se sabe que es muy importante que las acciones encaminadas a la prevención del cáncer se establezcan desde el inicio de la vida.

10. Recomendación para los que han superado un cáncer


El informe termina con una recomendación para aquellos que ya han superado la enfermedad, indicando que "deben recibir atención nutricional de un profesional competente" y, a menos que se les haya indicado lo contrario, seguir las recomendaciones nutricionales y de ejercicio físico detalladas en este informe.
Tras superar este duro trance, aún queda mucho trabajo por delante para el enfermo de cáncer; debe ahora "reconstruir" muchos aspectos de su vida y uno a los que hay que prestar especial atención es la nutrición, dependiendo siempre del tipo de cáncer e intervenciones que haya sufrido. No hay que dejar tampoco de lado el aspecto psicológico, en el cual repercute también de forma muy importante el que la persona se sienta a gusto consigo misma, tanto a nivel físico como emocional.
Con respecto a este último punto, quiero recordaros que en CEOCAN (Centro de Estética Oncológica de Canarias) ponemos a disposición del paciente oncológico un equipo de estupendos profesionales dedicados a ofrecerle una atención personalizada e integral, que incluye atención psicológica, sesiones de fisioterapia y una extensa variedad de tratamientos estéticos. Con ellos tengo el orgullo de colaborar como responsable de mejorar la calidad de vida del paciente de cáncer, ya sea en proceso de recuperación o tras dejar atrás la enfermedad, a través de su alimentación.
Es muy gratificante ver cómo el trabajo en sinergia de todo el equipo de CEOCAN puede llegar a suponer un antes y un después en la vida de muchas personas. ¡Acércate a conocernos!
Fuentes:
WCRF/AICR (1997). Food, Nutrition and the Prevention of Cancer – a Global Perspective. Washington D.C
WCRF/AICR (2007). Food, Nutrition, Physical Activity and the Prevention of Cancer – a Global Perspective. Washington D.C


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