Diez reglas para ser (más) feliz

Por Valedeoro @valedeoro

Si esperas que te revele el secreto de la felicidad, siento defraudarte. No existe secreto. Ser feliz depende de tu actitud frente a la vida, o sea, el secreto eres tú.

Estas reglas por lo tanto son un pequeño recordatorio de lo que puedes hacer para mantener una actitud positiva en tu día a día.

Aprecia lo que tienes

Es fácil olvidar que en realidad te va bastante bien. Deja de compararte con tu vecino o tu jefe y concéntrate en ti mismo. Si te cuesta apreciar lo que tienes, prueba llevar un diario de gratitud. Este hábito te ayuda a reconocer las cosas positivas que pasan en tu vida, algo que tiene un efecto directo sobre tu estado anímico.

Vive dentro de tus posibilidades

La felicidad no se puede comprar a crédito por el simple hecho de que tener deudas genera preocupaciones y malestar. El primer paso por lo tanto es conseguir mantener las gastos a raya. Si tienes deudas te recomiendo esta guía de Blog Y Lana: Guía minimalista para tener las deudas bajo contro.

Ocúpate de tener una buena relación con tu pareja (si tienes una)

Ojo, tener pareja no es un pre-requisito para ser feliz. Puede ser una fuente de felicidad, si os tratáis con cariño y amor. Una buena relación incluye tener proyectos en común, soñar juntos y participar de la vida del otro. Si la comunicación ya solo se reduce a determinar quién lleva la niña al colegio, es hora de cambiar algo.

Mantén tus posesiones en buen estado

¿Te has dado cuenta como afecta a tu humor instalar estas cortinas, terminar de organizar el armario o tener la cocina que parece salida de un anuncio? No se trata de convertirte en una maniática del orden y de la limpieza, pero sí de cuidar de lo que tienes. Deshazte de todo que no funcione o que sea feo.

Cuida de tu salud

Corre, salta, medita, come bien, duerme lo suficiente, hidrátate y vivirás muchos años. Estar sano es uno de los mayores placeres que hay (como te darás cuenta cuando te ha pillado un resfriado), así que cuídate.

Sé honesta

Sé honesta no solo con las otras personas, sino también contigo misma. ¿La panadera te devuelve demasiado cambio? Corrígela y paga lo que debes. ¿No te apetece nada ir a esta fiesta? No vayas, quédate en casa y dedícate a ti misma. Las mentiras y deshonestidades no solo dejan un mal sabor de boca, también es demasiado trabajo mantenerlas.

Trata tu trabajo como un hobby

Concéntrate en lo que haces, da lo mejor de ti y cuándo vas a casa (o cierras tu caja de la productividad) guarda las herramientas en su lugar para disfrutar de tus otros hobbies. Tu trabajo es importante. Aún así, no es lo más importante del mundo, así como tampoco lo es ninguno de tus hobbies. A cada cosa su debido tiempo.

Sigue a tus sueños

Y más importante aún: no dejes de soñar, que el mundo es de lo que soñaron en grande. No importa si sueñas con una casa en el campo, educar tus hijos en casa, crear un imperio de empresas, publicar un libro o descubrir la cura del sida. Lo importante es que sigas intentándolo.

Da desde el corazón

Aprende a decir que no a las cosas que no te importan o las que no valores. Así podrás decir “CLARO QUE SI” a lo que te hace ilusión. Tu tiempo, tu dinero, tus cosas no existen para impresionar a otros, sino para que puedas hacer el bien de la forma que mejor encaje con tu perfil y tus intereses.

Admite cuando te has equivocado

Si te equivocas, admítelo y si hace falta, pide perdón. Recuerda que tienes derecho a cambiar de opinión, aunque eso significa que tengas que admitir que te equivocaste. Al final de cuentas: aprendiste algo, que caso contrario no te habrías dado ni cuenta.

¿Qué reglas le añadirías?